El verano se acerca a su fin y con él también terminan los malos hábitos. Septiembre es sinónimo de establecer rutinas alimentarias más saludables y que ayuden a nuestro organismo a funcionar de la forma más eficaz posible.

Durante la etapa estival, es muy frecuente optar por bebidas ultra procesadas y que no ayudan a nuestro organismo. Es el caso de los refrescos, cuya reducción o eliminación total de nuestra alimentación diaria, provocará una mejora sin precedentes en nuestro organismo. E incluso servirá para que podamos perder todas esas calorías adicionales ganadas durante el verano.

Si nos hemos propuesto comenzar a cuidar nuestra figura y llevar un estilo de vida saludable, eliminar los refrescos es el primer paso. Además, para ayudarnos en este proceso, existe una alternativa mucho más sana y fiable que no nos hará extrañar el sabor azucarado de ese tipo de bebidas: el agua con gas.

Beneficios de consumir agua con gas

Cuando decidimos sustituir los refrescos o bebidas alcohólicas de nuestro muestrario diario existe una alternativa en la que nunca caemos. Hablamos del agua con gas, la cual no solamente no es mala para nuestro organismo, sino que puede ayudarnos a lograr nuestros objetivos de manera muy eficaz.

La primera recomendación como bebida saludable es, sin lugar a dudas, el agua natural. No obstante, el consumo de agua con gas puede ayudarnos más de lo que pensamos. Una buena hidratación es la base de cualquier cuerpo saludable. De hecho, se recomienda consumir al menos dos litros diarios de agua.

El agua con gas, o agua carbonatada, es un tipo de bebida muy saludable. Ayuda a hidratar el organismo ya que contiene los mismos nutrientes (calcio, potasio y magnesio) que el agua natural. La única diferencia entre ambas es que al agua carbonatada se le añade gas carbónico, CO2, un tipo de gas inerte que no acarrea ningún problema para nuestro cuerpo, dado que se elimina de manera natural después de la digestión.

El cuerpo del agua carbonatada está formada por burbujas lo que nos recuerda al sabor de los refrescos y provoca que sea una de las mejores opciones en nuestra dietas. Para ello, el agua con gas no debe contar con aditivos. Es recomendable para todo tipo de personas, aunque aquellas que padezcan de tensión alta deben permanecer atentas, ya que existen determinados fabricantes que agregan sodio de más.

El agua carbonatada es nuestra aliada perfecta en dietas para bajar de peso. Esto se debe a su contenido en gas, el cual aumenta la sensación de saciedad y permaneceremos más llenos durante más tiempo. Además, como no contiene calorías, podemos beberla siempre que deseemos mantenernos hidratados. Otra opción es aromatizarla con hierbas, limón, naranja o menta, si queremos asemejarnos aún más al sabor de los refrescos pero sin las calorías y prejuicios que este tipo de bebidas conlleva.