Ocho consejos indispensables para ahorrar agua

El cambio climático tiene graves consecuencias y la sequía es una de las más graves de las cuáles ya se pueden ver los estragos que está causando en el planeta en general.

Las pocas precipitaciones a lo largo del año y la cantidad de días donde el sol es el único protagonista y las temperaturas son cada vez más elevadas, esto sumado a que cada vez se consume más agua por la cantidad de población que hay, es el caldo de cultivo perfecto para que poco a poco la sequía se vaya apoderando de cada rincón del planeta.

Hay que ser conscientes que los recursos de los que dispone la Tierra son limitados y finitos y por eso hay que cuidar de ellos, porque por el momento no hay otro planeta al que poder ser exiliado si se terminan consumiendo todos los recursos naturales disponibles.

Son más de 2000 millones de personas las que no tienen acceso a agua potable y se espera que con el aumento de la población esa cifra siga creciendo. Por esta razón y por el bien del planeta los que sí que disponen de este privilegio deben ser consciente del uso que hacen de la misma e intentar ahorrar todo el agua que sea posible, para evitar futuros recortes.

1. Ser consciente del agua que se consume

Cada vez que se abre el grifo ya sea de la cocina o del baño o la ducha, la persona que lo haga debe ser consciente de la cantidad de litros que se desperdician si no lo cierra cuando no lo esté usando. Es decir, mientras se cepillan los dientes el grifo debe permanecer cerrado, solo debe abrirse cuando se vayan a enjuagar la boca.

2. Optar por una ducha en lugar de un baño

Sumergirse en una bañera de agua caliente y llena de espuma para relajarse implica llenar una bañera de tamaño normal con, al menos, 200 litros de agua. Por el contrario, una ducha de máximo cinco minutos requiere de 100 litros. Cerrar el grifo a tiempo supone un ahorro de unos 12 litros por minuto. Si uno se está enjabonando o lavándose el pelo, no es necesario dejar correr el agua.

3. El inodoro no es una papelera

Cuando se utiliza el inodoro para tirar algún papel o una colilla se desperdician entre 9 y 19 litros de agua, por lo que sería preferible tener una basura en el baño para poder echar ahí los desperdicios en lugar de en el retrete.

4. Usar el lavavajillas o la lavadora cuando estén llenos

Para racionalizar el uso del agua, es recomendable esperar a llenar del todo la lavadora y el lavavajillas antes de ponerlos en funcionamiento. Si se quiere hacer un lavado pequeño, optar por el programa de media carga del electrodoméstico.

El uso del lavaplatos, una vez al día, supone un gasto de 25 litros, mientras que el gasto de agua al lavar la vajilla a mano, dos veces al día, oscila entre los 120 litros -si se hace con el grifo abierto- y 60 litros si se utiliza la pila llena de agua.

5. Instalar dispositivo ahorradores de agua

En el baño o en la cocina es conveniente usar dispositivos para reducir el consumo del agua como por ejemplo: reductores caudal, aireadores de grifos o grifos termostáticos. En cuanto a la cisterna del inodoro, conviene revisar periódicamente para ver si pierde agua y, si se está pensando en cambiarla, comprar una que disponga de un sistema de doble carga que permita elegir por un tipo de descarga en función de la necesidad.

6. Regar las plantas al amanecer o el atardecer

Si se tienen plantas, lo mejor es regarlas al amanecer o al atardecer para evitar que el agua se evapore. Una opción de riego más eficiente es el riego gota a gota y de forma localizada, revisándolo de vez en cuando por si tuviera pérdidas.

7. Descongelar los productos de manera natural

Hay que ser previsores cuando se trata de pensar en el almuerzo ola cena y es preferible acordarse de sacar los alimentos que se van a consumir para evitar descongelarlos sumergiéndolos en agua caliente para poder usarlos en el momento.

8. Evitar lavar el coche con la manguera

Si se dispone de vehículo, hay que tener en cuenta que lavarlo utilizando la manguera puede suponer gastar 500 litros de agua. Como opción alternativa: llenar un cubo de agua y utilizar una bayeta para su limpieza. Este gesto supone consumir, a diferencia de la práctica anterior, 50 litros de agua.