Síndrome expresivo 61

Clickbait: El anzuelo lingüístico en un clic

El culebrón de Mbappé nos ayudará a analizar algunos casos de clickbait

El culebrón de Mbappé nos ayudará a analizar algunos casos de clickbait / AFP (Europa Press)

No sé tú, querido lector, pero cada vez más tengo la sensación de que una de las características comunicativas de los hablantes del siglo XXI es la obligación de transmitir una imagen trivial de la propia existencia. Parece que se han matriculado en un curso de marketing personal a distancia y cumplen a rajatabla los tres o cuatro conceptos infantiles aprendidos a golpe de clic. ¿Quieres conocer las siete claves secretas de las cuentas de Instagram más exitosas? ¿Conoces las nueve poses mágicas para derretir en un segundo a millones de seguidores? ¿Te gustaría aprender los quince trucos absurdamente sencillos para hablar idiomas sin estudiar las tediosas y superaburridas reglas gramaticales?

Bienvenido al metaversal siglo XXI. Atrás quedaron los principios caducos de un acto comunicativo, donde el intercambio de información se basaba en la lealtad entre el emisor y el receptor. Ahora, en la época del disfrute a golpe de clic, los ciudadanos han copiado las técnicas publicitarias de los medios de comunicación y las multinacionales protectoras para atraer a seguidores y amigos virtuales a través del gancho lingüístico, del cebo léxico y de la trampa semántica. Sin respuestas en cascada a una nueva publicación supermolona, el individuo pierde su razón de ser y se sume en el vacío más absoluto. Sin centenares de clics instantáneos, el mensaje no es apto para el consumo de la masa y, por tanto, es incorrecto, inadecuado, inútil. Clics y más clics para formar parte de un todo superficial, frívolo y siempre fiel a la habladuría interesada.

El acceso infinito a millones de fuentes de información y el imparable crecimiento de emisores en la red digital han provocado un cambio radical en la forma de construir los textos orales y escritos. Hoy en día, son muchos los jóvenes estudiantes de Educación Infantil, los niños de cuarenta años de piel bronceada y estirada y los bebés jubilados de vacaciones en Sancti Petri que optan por una forma de redacción sensacionalista y sugerente. El principal objetivo es que el receptor curioso muerda el anzuelo lingüístico y muestre su aprobación a través de un clic, un reenvío o un ingreso en la kilométrica y glamurosa lista de seguidores. Números de clics en detrimento del rigor conceptual. Números de clics para mayor gloria del maltrecho ego público. Número de clics ganados con una expresión pobre y engañosa.

Pues sí, atento lector, cada vez es más frecuente enfrentarnos a textos primarios y tramposos sin el más mínimo respeto al pacto sagrado entre los protagonistas del acto comunicativo. ¿Cuáles son las principales marcas lingüísticas para detectar el timo expresivo y la impostura informativa? Nada del otro mundo: un poco de léxico vacío, unos verbos simples y aptos para la comprensión de cualquier cuadrúpedo, una frase interrogativa por aquí, unos superlativos por allá, una mayúscula sin venir a cuento, una pizca de suspense o provocación y unas gotitas de buen rollito. En fin, veamos algunos ejemplos hilarantes para comprender la grandeza de estos lingüistas de la nada:

  1. Sorpresa Mbappé: “¿El Real Madrid?” Una pregunta simple para crear una supuesta expectación en los lectores. Es evidente que el redactor no comprende el significado de la palabra “sorpresa” y que la respuesta cortada del futbolista, más que intriga, lo que provoca es la carcajada entre los lectores con cierta dignidad lingüística.
  2. Mbappé, el que dijo 3 veces no al Real Madrid. ¡Pedazo de anzuelo, cabesa! La técnica es impecable, ya que a los lectores nos encantan los números en listas, clasificaciones o incrustados en los titulares. Y si estos son impares, nos los tragamos sin anestesia. Claro está que el redactor tendría que valorar si el infantil paralelismo con las negaciones de Pedro es original, así como la escritura del cardinal con letras.
  3. Mbappé se ríe de Florentino Pérez en público por el último fichaje del Real Madrid. ¿La intención del redactor es soliviantar los ánimos de los lectores para que lean con avidez las maldades del astro francés? No lo creo. El Real Madrid ha tomado una decisión radical con Kylian Mbappé. ¡Qué alivio para todos! Menos mal que la decisión ha sido “radical” y no definitiva, firme o consensuada. El viejo truco de la adjetivación expresiva o valorativa. Florentino Pérez y la confesión más esperada. ¡Tatatachán! Por arte de birlibirloque, el periodista nos descubre el final del culebrón en forma de entrevista íntima con uno de los protagonistas de la serie. ¿Apostamos algún dinerillo a que, tras la lectura de la supuesta noticia, muchos se sentirán defraudados y estafados?

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios