Adrián, con el estímulo de Doblas y del propio Casto
Mel apostará por el guardameta sevillano ante la Real Sociedad en detrimento de Fabricio.
Adrián San Miguel del Castillo, de 25 años, se halla ante su gran oportunidad de consolidarse en la portería del Betis. Después de catorce años en la entidad, el guardameta que llegase procedente del colegio Altair y que debutase el pasado sábado, de manera inopinada, en Málaga, debe tener ante la Real Sociedad la opción de confirmar las buenas impresiones que ofreció en La Rosaleda pese a los cuatro goles encajados. El puesto de cancerbero en el Betis está hoy en almoneda, sin que haya una diferencia notoria a favor de los tres, y Adrián representa para su entrenador, Pepe Mel, igualmente una oportunidad, en este caso la de hallar alguien que le otorgue confianza a él mismo y al resto del equipo.
El portero de Sevilla Este dio un paso al frente cuando el club le comunicó que tendría ficha con el primer equipo. Corría el riesgo de quedarse un año sin jugar, después de pasar la temporada anterior casi en blanco por lesión, pero no le quedaba otra. Partía como tercer guardameta en pretemporada y hoy es el primero.
Comenzó jugando Fabricio porque Mel prefirió darle continuidad al firmado para serlo y que acabó el curso con tal distinción. Y todo pese a que Casto se había mostrado más fiable en la pretemporada. Pero el técnico ya ha dejado claro que nadie es intocable, y menos en la portería, máxime cuando Fabricio perdió la confianza del grupo con dos partidos irregulares frente a Athletic y Rayo y, sobre todo, con unas declaraciones fuera de tono sobre el final liguero del curso pasado.
Al técnico no le tembló el pulso y, de hecho, ni siquiera lo desplazó a Portimao. El castigo, que apuntaba a infinito, máxime tras hablar con miembros de la secretaría técnica e instarlos a firmar a otro portero este invierno, se fue moderando. Casto tomó la titularidad y Fabricio, el banquillo. Pero Mel, fiel a su costumbre si tiene tres arqueros, decidió rotarlos en la suplencia. Ahora, la expulsión de Casto lo obliga de nuevo a decidir, aunque su decisión está prácticamente tomada en favor del novel sevillano, paradójicamente un año mayor que el canario (ambos nacieron en 1987, el 1 de enero y el 31 de diciembre, respectivamente).
Mel está ante la tesitura que en su día tuvieron Lorenzo Serra y Paco Chaparro, dos entrenadores de grato recuerdo en el beticismo. El mallorquín, lógicamente motivado por las lesiones, dio la alternativa y continuidad a Doblas en 2005 en detrimento de Prats (convocado por Javier Clemente para la selección) y del internacional Contreras. Y el Betis ganó la Copa del Rey. El trianero no dudó en 2008 con Casto (firmado para el Betis B procedente del filial del Albacete) en contra del mítico Doblas y del internacional portugués Ricardo. Y salvó al Betis con holgura.
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