El Balonmano Solúcar dio primero en las semifinales de la Primera División Nacional femenina de balonmano al imponerse en el pabellón Príncipe de Asturias de Sanlúcar la Mayor al Universidad de Granada por 29-20. Las sanluqueñas obtenían, por tanto, una importante renta en la ida, aunque no quieren ningún tipo de confianza después de ver el nivel de las granadinas en un partido que sólo se decantó con claridad en el segundo periodo.

Porque la primera mitad fue tan igualada que al descanso se llegaba con un empate a 10 en el marcador, lo que confirmaba la tremenda igualdad entre dos conjuntos que habían acabado como líderes sus respectivos grupos para ganarlo por el average al BM Montequinto y al Carboneras, que precisamente se impuso en la otra semifinal del Deza Córdoba por 25-20.

El choque entre el BM Solúcar y el Universidad de Granada no decepcionó a nadie. A las locales les costó mucho entrar en el partido, entre otras cosas porque las granadinas también demostraban su nivel y se aprovechaban de la falta de intensidad defensiva y también de la carencia de profundidad en el ataque de las sanluqueñas. En el minuto 19 un gol de Erika Beltrán hacía saltar las alarmas cuando el marcador se colocaba en un inquietante 6-9 favorable a las granadinas.

Ese tanto se producía justo después de un tiempo muerto solicitado por Pepe Robayo, entrenador del Solúcar y a partir de ahí iba a variar definitivamente el juego de unos y otros. Hasta el descanso el parcial ya sería de un 4-1 favorable a las anfitrionas para que se llegara con un 10-10 en el marcador.

Las jugadoras del Solúcar reciben el aplauso de su público tras el partido.

Y en la segunda mitad ya nada iba a ser igual que antes. El parcial final de 19-10 es concluyente de la diferencia que se registró entre uno y otro equipo. Las sanluqueñas cambiaron el sistema de juego para conseguir una mayor presión en la defensa. Esto también condujo a una mayor profundidad en el ataque con los desdoblamientos al doble pivote. 

La diferencia de goles fue aumentando desde que en el minuto 38 ya se registraba un 16-12 favorable al Solúcar y esto hizo que la resistencia del Universidad de Granada fuera mermando. 22-16, 24-17, 28-19 fueron los parciales que se sucedían hasta el 29-20 final. La renta, por tanto, es importante para la cita de la próxima semana en tierras granadinas, pero Pepe Robayo no quiere ningún tipo de confianza y avisa de las dificultades que deberán afrontar sus jugadoras.  

"Nos queda un partido se vuelta complicado. El primer tiempo ha sido muy igualado. La diferencia de 9 goles es importante, pero no hay que confiarse. Es buen equipo nuestro rival", advertía el entrenador del Solúcar, cuya hija, Clara, brilló con luz propia en este triunfo hasta el punto de anotar ¡17 goles! en esta semifinal contra el Universidad de Granada.