Quien espera lo mucho espera lo poco, y Alberto Moreno, al fin, enfila la puerta de salida. La operación aún no se ha cerrado, al menos de manera oficial, pero está próxima a quedar finiquitada y todo hace indicar que el lateral del Cerro del Águila va a vestir definitivamente la camiseta del Liverpool las cinco próximas temporadas.

Ya se venía avisando de que la visita a España de Ian Ayre, director ejecutivo del conjunto británico, se antojaba definitiva, pues cuando los ingleses vienen con dinero poco hay que hacer. El Sevilla se va a quedar satisfecho con el nuevo acuerdo, sólo pendiente de limar diferencias por una cantidad nimia teniendo en cuenta el montante total de la operación, que se acercará a los 20 millones que pretendía el Sevilla sumando el fijo y las variables. El negocio se va a cerrar en una cifra entre los 17 y los 18 millones de fijo más otros dos millones en concepto de pluses por rendimiento y objetivos. Estamos hablando de que las diferencias son de una cantidad inferior al millón de euros y, teniendo en cuenta que el 15 por ciento correspondiente al jugador también estaría pendiente -aunque es una variable en la que Alberto podría hacer alguna concesión para facilitar el entendimiento final- puede decirse que todo va a llegar a buen puerto. Y la verdad es que ha costado después de que el jugador acordara ya su contrato de 5 años hace tiempo, cuyas condiciones no han variado.

Pero si Alberto ya al comienzo del verano estaba prácticamente traspasado al Liverpool por unos 20 millones de euros (18 más 2), diferencias posteriores en la negociación hicieron que se rompieran las conversaciones al rebajar el Liverpool la oferta a 15 millones (12 más variables). El Sevilla se negó a hablar del jugador en esas cifras y se produjo un impasse en el que pasaron muchas cosas. Por ejemplo, un amistoso entre el Liverpool y el Manchester City en el que Jesús Navas desnudó al conjunto de Brendan Rodgers por su banda izquierda.

El entrenador red pidió al club un esfuerzo, tanto para el lateral izquierdo como el derecho y fue entonces cuando se produjo el anuncio de la visita de su director ejecutivo a España. El atlético Javier Manquillo era el objetivo para el costado diestro y el joven jugador colchonero viajaba el lunes a Liverpool para pasar el reconocimiento médico y formalizar su nuevo contrato, cedido por el club colchonero. El siguiente paso para Ian Ayre era atar todos los cabos para llevarse a Alberto, aunque ésa no iba a ser una presa tan fácil.

Las negociaciones fueron retomadas la semana pasada con una reunión en la que fue decisiva la presencia del emisario del Liverpool, el representante del jugador y el propio Sevilla. De ese contacto no salió un acuerdo definitivo, pero sí un acercamiento bastante importante como para pensar que ya no tiene marcha atrás y que, por ejemplo, va a ser difícil que Alberto Moreno juegue en Cardiff la Supercopa de Europa. Todo puede pasar, pero si el Liverpool es listo no se va a arriesgar a que el jugador dispute ese encuentro a riesgo no sólo de una lesión, sino de que una gran actuación del canterano ante el Real Madrid eleve aún más su cotización y tenga que subir su propuesta por la presencia de otros clubes que se decidan a pagar más por Alberto.

Según todas las fuentes consultadas, el final no se debe demorar mucho porque la cantidad que separa en estos momentos las posturas de Sevilla y Liverpool es bastante baja hablando de un montante tan amplio y los brazos ejecutores se han emplazado para que todo quede rematado en breve.

En toda la historia de Alberto Monero hay que recordar que ya en enero el Sevilla rechazó una oferta del Nápoles que llegaba a los 13 millones de euros. Y lo hizo consciente de que había clubes más potentes detrás del jugador, sobre todo de la Premier League inglesa, donde el poder de la libra consigue casi todo lo que se propone. Varios clubes siguieron de cerca al jugador y viajaron a Sevilla para verlo en directo. Chelsea, Tottenham, Everton, Manchester City... y también el Liverpool. Primero ofreció 15 millones y el Sevilla se remitió a su cláusula (20). El Liverpool subió y se acercó mucho (18 más 2), pero la baraja se rompió volviéndose a la cantidad de 15. La operación de Iago Aspas y otras cuestiones supusieron un acercamiento, y la última reunión, el empujón casi definitivo... O sin el casi.