La expulsión que sufrió Juan Cala en la recta final del partido del Sevilla en Anoeta, unida a la recuperación de Fazio, pueden jugar en contra del lebrijano. O no. Nadie va a dudar que el bravo central formado junto a la carretera de Utrera ha dejado el pabellón alto en los partidos en los que le ha tocado llevar los galones en la zaga. Lo cierto es que con este futbolista algo hay para que dentro del club no terminen de valorarlo. Al menos, eso ha sido hasta ahora. El pasado verano, Emery se refería a la renovación de Fazio por cinco temporadas explicando que era importante que un jugador que termina contrato tenga tranquilidad y sepa que el club confía en él. Seguidamente, se le preguntó por Cala, cuya vinculación también acababa en junio de 2014. "Es un jugador que está con nosotros y que debe seguir trabajando", vino a decir.

Ahora, tras actuaciones destacables como en el Camp Nou, en la cúpula dirigente hay una corriente que ve necesaria su renovación (Del Nido lo ha dicho públicamente), pero también hay otra que siempre ha tenido dudas no se sabe muy bien por qué. Habrá que ver si pesa una más que la otra, pero mientras éstas se ponen de acuerdo, el tiempo corre y cada vez queda menos para que pueda negociar libremente con otro club y, por tanto, firmar un precontrato.

Álvaro Torres, su agente en la actualidad, no ha recibido ninguna comunicación por parte del Sevilla sobre las intenciones de tener una primera toma de contacto sobre su continuidad, un futuro que ya el pasado verano estuvo a punto de estar fuera de Nervión, pues coincidiendo con los fichajes de Nico Pareja y Carriço, que Del Nido y Monchi negociaron y cerraron casi de manera paralela, Cala estuvo muy cerca del Chievo Verona, quien le presentó una oferta bastante suculenta en lo económico y atractiva en lo deportivo, pues se trataba de probar fortuna en la Serie A italiana con el aval de ser una apuesta del entrenador. Y no sólo en Verona lo siguen de cerca. En Inglaterra hay varios clubes que lo tienen apuntado en su agenda e incluso el AEK de Atenas, ahora presidido por un multimillonario, le ha hecho una propuesta muy golosa económicamente para la próxima campaña (aunque en Segunda, pues compite en Tercera por su descenso administrativo).

Cala, por la experiencia que ha tenido desde que debutó con Jiménez en el primer equipo -en la Champions ante el Rangers-, no las tiene todas consigo con respecto a la confianza que en el Sevilla puedan tener en él, lo que le hace estar muy alerta. Siempre que estuvo en el primer equipo los técnicos recurrieron a él como último recurso, terminando las tres temporadas como titular y, curiosamente, volviendo en el inicio de la siguiente a la situación inicial.

Es probable que le llegue una oferta de renovación también porque la presión popular cuenta y la experiencia de lo ocurrido con Luis Alberto está presente en el Sevilla, pero todo va a depender de su participación (hay tres competiciones) cuando Fazio esté recuperado, porque, además, Emery es cuadriculado en cuanto a puestos y ambos son para él exclusivamente centrales de perfil diestro. Y será clave tanto para que una parte se decida a ofrecerle la renovación como para que la otra la acepte. Pues a lo mejor llega demasiado tarde y con la boca pequeña.