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Carriço de medio centro, un antiguo recurso que no funciona

El primer partido que dirigió Unai Emery a Carriço lo situó de medio centro. Fue el 1 de agosto de 2013 y el Sevilla se medía al débil Mladost Podgorica en la primera ronda previa de la Liga Europa. El último partido de aquel exitoso curso, en Turín ante el Benfica, Carriço cerró la temporada en la misma posición que la empezó, la de medio centro, el puesto en el que más jugó aquel curso: 20 ocasiones en 31 partidos oficiales. Al año siguiente, la marcha de Fazio al Tottenham le devolvió al portugués la asiduidad a su puesto natural, el de central. Aun así, jugó partidos importantes como pivote, nueve en concreto, con media docena de victorias y tres derrotas, en el Calderón, en Anoeta y en Cardiff (donde también jugó Fazio aún). Ahora Emery intenta refrescar ese recurso algo ajado.

En las tres ocasiones que ha jugado ahí Carriço desde que se reincorporó al equipo esta campaña, tras superar la larga lesión muscular que arrastraba desde agosto, ha decepcionado el Sevilla a sus aficionados, por una u otra razón. Las tres veces fueron a domicilio y en las tres se produjo un empate, con lo que hay que señalar que el equipo no ha perdido con el portugués en esa posición que permitió estructurar a Emery el equipo desde aquel triunfo matinal en Cornellá en octubre de 2013. Pero el Sevilla actual tiene otras necesidades y también otra plantilla distinta.

El defensa luso regresó al once titular el 9 de enero y lo hizo con éxito, como central, en la victoria sobre el Athletic. Repitió en su puesto natural ante Málaga y en el Vicente Calderón, partido éste en el que se señaló particularmente por contagiar con su indudable carácter competitivo al resto de compañeros para sacar adelante el empate pese a la expulsión de Vitolo.

Tras descansar en el triunfo sobre el Levante, en Balaídos debutó este curso como medio centro, ya que Emery quiso aprovechar la reciente llegada de Fazio para comenzar a ensayar un nuevo esquema con el que paliar la larga lesión de Krychowiak. Precisamente la baja del polaco propició el regreso de Fazio con la idea de que Carriço pudiera ayudar en las rotaciones de la medular.

Ante el Celta, el portugués adelantó al Sevilla en una de las escasas jugadas de estrategia de esta temporada que han dado fruto, pese a que ya había sido expulsado Fazio, pero el equipo de Emery no pudo evitar el empate. La segunda ocasión fue en Vallecas, donde jugó el último tramo, al sustituir en el minuto 66 a Cristóforo, ya con 2-2 en el marcador. Fue una decisión controvertida. Y la tercera fue en Getafe, donde el portugués contribuyó negativamente a la pésima salida del balón y al mal partido en general del equipo. El recurso parece no funcionarle ya a Emery.

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