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Emery dice "yo"

  • El vasco saca pecho justo cuando su crédito se resiente y dice que su trabajo está "cumpliendo los objetivos. El técnico arguye la revalorización de jugadores y que el proyecto es a tres años

Reñir para que no te riñan, dar un paso al frente, mirar para otro lado... Con todos los foros hablando incluso de candidatos para sustituirlo la temporada que viene, Unai Emery desplegó ayer el rosario de tácticas para sacar pecho y tirar de sus logros, precisamente en la previa de un partido como siempre es la visita del Barcelona. 

Dentro de su oratoria circular basada siempre en dos verbos como pilares ("creer" y "crecer") sobre los que se ceban sus imitadores radiofónicos, el entrenador de Fuenterrabía puede decirse que su puso ayer un notable alto como nota, pese a que la afición no piensa igual. El vasco defiende que está cumpliendo los objetivos que se le marcaron y espera que el paso del equipo de Martino por Nervión no martirice la mala racha de resultados que atraviesa, que, entre otras cosas, dice que lleva un mes sin ganar. 

"Los mensajes se lanzan a principios de temporada y luego, si vas cumpliendo los objetivos, vas ampliando tus horizontes o disminuyéndolos. Cuando comenzamos y estábamos ahí abajo, el mensaje no podía ser otro que el de salir de ahí. Luego, una vez conseguidas unas posiciones más cómodas, el mensaje de que estamos cerca de los puestos europeos altos. Estamos en un momento en el que nos ha venido un parón, por lo que el mensaje es centrarnos e ir partido a partido. Así, los objetivos volverán a aparecer. El proyecto del club es a tres años y estamos dentro de los márgenes. Luego, hay unos objetivos que se plantean los jugadores y el entrenador, y cada uno tiene que estar en esos objetivos. El mío, por ejemplo, es estar por séptimo año consecutivo en Europa (refiriéndose a su currículum fuera del Sevilla). A medida que se van cumpliendo los objetivos, se van instalando otros más ambiciosos", explicó convencido de estar en el buen camino un año después de su aterrizaje en el club en sustitución de Míchel. 

El preparador sevillista recurrió a la premisa del club de bautizar la actual plantilla como "un proyecto a tres años" que fue encomendado a él. Aquí apareció su única referencia (aunque muy de soslayo) a una posible salida del club en junio. "Puedo estar uno, dos o los tres. Pero el entrenador que esté debe estar implicado y tener una comunicación fluida, como yo tengo, con el presidente y el director deportivo. Y luego, cumplir con los objetivos. Cuando yo llegué no estábamos jugando en Europa, y ahora sí lo estamos. Negredo dobló su cifra de goles, se dio valor al club y a los futbolistas, la evolución de los mismos, de Rakitic, por ejemplo, la cifra de goles que llevan Bacca y Gameiro, que llevan 22 goles cuando el objetivo era 30…", argumentó el máximo responsable de la primera plantilla sevillista. 

Emery ha preparado a conciencia la cita ante el Barça a sabiendas de que la imagen que su equipo dejó en el Bernabéu (7-3) le hizo mucho daño aunque después tratara de justificarlo con su gusto por el fútbol alegre. "Duele que te hagan siete, claro que duele. Pero ¿qué prefieres, que te hagan tres ocasiones y perder 3-0 o que te metan siete y generar cosas que alegran la vista?", llegó a decir. Ahora, en vísperas de la visita del Barça, el argumento ha cambiado: "Tenemos que procurar buscar una base defensiva sólida. El equipo seguirá trabajando para que esa solidez sea una de las bases que nos permita conseguir los objetivos".

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