Fernando Navarro está viviendo una extraña temporada. A sus 32 años, es el futbolista más antiguo y veterano de la plantilla y, por ello, el primer capitán de la misma. Su ascensión en el vestuario, en cambio, contrasta con el rol secundario al que lo ha relegado la llegada de Tremoulinas, que se hizo con el puesto de lateral izquierdo por su perfil más ofensivo, tal y como busca Unai Emery. La lesión del francés entre finales y principios de año le abrió la puerta de la titularidad al lateral catalán, quien respondió a un alto nivel pese a no tener apenas descanso en ese periodo. Ahora, Tremoulinas vuelve a cerrarle el paso, aunque Fernando Navarro volvió a demostrar ante el Atlético de Madrid que mantiene su alto espíritu competitivo.

El actual capitán del Sevilla, a diferencia de las temporadas anteriores, está teniendo menos protagonismo en cuanto a apariciones en el once titular, sin embargo es una garantía para fortalecer la defensa. De hecho, ha participado en 24 partidos oficiales esta campaña y el Sevilla sólo ha encajado cuatro derrotas con él en el campo, incluida la Supercopa de Europa.

El futbolista barcelonés sólo ha visto perder a su equipo desde el campo en la susodicha final, en la ida copera ante el Espanyol, en el Santiago Bernabéu y en Getafe. En Liga sólo ha actuado hasta ahora en 11 partidos, en contraste con los 24 del curso pasado, en el que tuvo la competencia de Alberto Moreno, y los 35 de los dos anteriores, y presenta buenos números: seis triunfos, tres empates y dos derrotas. Pero más allá de lo estadístico, está evidenciando a sus 32 años un gran estado de forma. A su habitual seguridad defensiva ha unido más temple con las faltas y una ostensible mejoría en la faceta ofensiva, entendiéndose muy bien con Vitolo.