El Sevilla de Unai Emery está instalado en la élite. Y no es flor de un día. En una hipotética clasificación desde la jornada 24 de la pasada campaña hasta la actualidad, el Sevilla sería líder en solitario por delante de Atlético de Madrid, vigente campeón, Barcelona, Real Madrid, Celta y Valencia. El coliderato del que presume orgulloso el sevillismo, tras el mejor arranque liguero de su equipo en la historia, tiene fundamentos más lejanos que las nueve jornadas disputadas esta Liga, en la que el conjunto de Emery, pese a la nueva revolución de su plantilla, ha metido los codos por la Champions, ese altísimo listón a tenor de los fortísimos presupuestos con los que debe competir.

Por ahora, la Liga de Campeones es "una ilusión, no una obligación". Es el mensaje que continúan repitiendo desde dentro del club en una línea editorial que baja desde José Castro hasta el utillero. El Sevilla no quiere ilusionar en vano a su entregada afición, sabedor de que quedar cuarto, no ya tercero, es casi imposible en una Liga tan desequilibrada en la que a los tres grandes intocables se les ha sumado el redivivo Valencia al calor del dinero de Peter Lim, recibido en Mestalla como un auténtico Napoleón. Pero el reto está ahí. El Sevilla, tras la novena jornada, prácticamente un cuarto de la Liga, tiene los mismos puntos que el Barcelona y les saca una mínima pero meritoria ventaja a Real Madrid, Atlético y Valencia.

La pelea puede ser histórica, porque además es evidente que este Sevilla tiene un apreciable margen de mejora. Emery ha tenido que reconstruir el equipo después de la nueva salida de dos de sus pilares fundamentales y tras la llegada de once caras nuevas, incluida la de Mbia, si bien la mayoría de estos fichajes están teniendo participación y algunos, casos de Krychowiak, Denis Suárez, Tremoulinas o Aleix Vidal, sobre todo, y aun en un segundo plano Deulofeu y Banega, están teniendo protagonismo y ayudando a que el equipo esté en lo más alto de la tabla tras siete victorias, un empate y una derrota, con 22 puntos: una puntuación histórica.

Buena culpa de ello tiene el trabajo de un Emery que sí cuenta con una ventaja respecto a la temporada pasada, cuando también tuvo que empezar casi de cero tras la mayor revolución que se recuerda en Nervión. Ahora cuenta con una base bien asentada del sistema defensivo; con un goleador, Bacca, que sigue marcando tantos y que ya ha anotado los mismos que Messi (7) y sólo es superado por Cristiano Ronaldo y Neymar; y con un equipo, un vestuario, que se siente ganador después de alzarse con el triunfo en la Liga Europa gracias a noches verdaderamente épicas. El domingo, ante el Villarreal, volvieron a protagonizar otra hazaña, y probablemente, el hecho de que en la memoria colectiva de equipo y afición estén las gestas europeas ante el eterno rival, el Oporto, el Valencia y el Benfica han ayudado a que el Sevilla, aun con muchos aspectos que perfilar y mejorar, ganase un partido que tenía perdido.

El trabajo de Emery viene de largo. Desde la jornada 24 de la pasada campaña, en la que empató en casa con el Valencia (0-0) justo después de caer derrotado de forma engañosamente abultada ante el Barcelona (1-4), el Sevilla sólo ha perdido cuatro partidos, ha ganado 17 y ha empatado tres, para sumar 54 puntos. Lideraría esta hipotética tabla por delante de Atlético (53), Barcelona (52), Madrid (51), Celta (39) y Valencia (38). Y hay que tener en cuenta que en aquel tramo de la pasada campaña tuvo que compatibilizar Liga y Liga Europa para ir sorteando obstáculos y repartiendo esfuerzos hasta hacerse con el título continental y quedar quinto.

La mancha principal a aquella racha que ahora continúa fue la derrota en San Mamés, con la Champions en juego, justo antes de la vuelta de la semifinal europea en Mestalla. Ahora, el Sevilla vuelve a San Mamés en una situación distinta, con 14 puntos de ventaja sobre el Athletic y con la confianza de haber dejado ya a 8 a un rival directo como el Villarreal. El equipo de Emery se ha ganado el derecho a pelear por ese cuarto puesto. Bilbao espera otro jalón para seguir construyendo el mejor arranque de la historia.