No suele decepcionar Jesús Navas cuando se prevé que anticipará sus plazos de recuperación. El extremo palaciego tiene un físico portentoso que le permite adelantar la recuperación y las cargas de trabajo y, además, apenas se suele reincorporar en un óptimo estado de ritmo y velocidad. Es lo que ha sucedido de nuevo tras la lesión de tobillo que sufrió en Cornellà, cuando se le diagnosticó un esguince de grado 2 que lo tendría de baja de tres a cuatro semanas. Ayer cumplió el decimosexto día desde que se torciera la articulación y no sólo se incorporó al grupo con normalidad, sino que destacó en los ejercicios de carrera continua y aceleración, en los que superó al resto de compañeros.

El propio Álvarez reconocía que cuando deja de entrenar algún tiempo, vuelve incluso más rápido. Ésa es su gran virtud. El técnico sevillista, a diferencia de otros jugadores como Konko, sí cuenta con él para Málaga. Él mismo reconocía ayer que se ejercitó sin sentir dolor alguno en la articulación afectada, aunque prefería ser cauto. "He sentido muy buenas sensaciones y el tobillo me está respondiendo muy bien, pero quiero ir poco a poco y volver a tope para ayudar al equipo. Para Málaga hay que esperar porque la semana es larga, pero quiero volver cuanto antes a los terrenos de juego", dijo a la radio oficial del Sevilla. Aun así, sería muy extraño no verlo en el once titular que salte a La Rosaleda el sábado, teniendo en cuenta que Adriano cumple ciclo de cinco amarillas.

Squillaci protagonizó la otra buena noticia del día junto a Acosta, que se ejercitó a pleno rendimiento. El francés se reincorporó también al grupo, después de las molestias que arrastraba en su rodilla desde el partido con el Espanyol, el mismo día que se lesionó Jesús Navas. Sin embargo, su caso es distinto, porque antes de su reaparición llevaba más de un mes de baja tras la operación de tobillo a la que se sometió en París en enero.

Por ello, Álvarez podría no adelantar su vuelta hasta que no tenga el ritmo de competición óptimo. El entrenador sevillista prefiere que los jugadores estén en las mejores condiciones para que no se produzcan recaídas, un mal que ha venido padeciendo el Sevilla entre las bajas y la constante exigencia en tres competiciones.