El cuerpo técnico y el cuerpo médico no saben qué hacer ya con Konko. Desde que llegó, en el verano de 2008 por un elevado coste, ha tenido continuas recaídas de lesiones que en principio no revestían gravedad, aunque él mismo aseguraba siempre que no se terminaba de encontrar bien. En su trayectoria guadianesca como sevillista, esta situación se ha dado una y otra vez, sin que los médicos pudiesen dar un diagnóstico claro de su dolencia. Ahora, Antonio Álvarez anda buscando un lateral derecho, dado que a la lesión de Stankevicius, que estará tres semanas de baja, se ha unido la sanción de Adriano, y las miradas se vuelven a Konko. Pero Konko sigue sin aparecer un mes después de sufrir un calambre en el Santiago Bernabéu que ni siquiera fue diagnosticado como lesión por el cuerpo médico. Cuando se le pregunta a los galenos del club por él, la respuesta es siempre la misma: "Sigue haciendo recuperación". Pero no existe lesión real como para realizar tal rehabilitación.

Desde luego, Álvarez, que no quiere hablar de los jugadores que están de baja, no cuenta con él para el partido del sábado en Málaga. Ni siquiera atisba la opción de que fuerce para jugar en La Rosaleda ante la falta de efectivos en ese flanco que deberá ser cubierto con un parche, Fernando Navarro o incluso un jugador del filial. "En Málaga jugarán 11 e irán 18 convocados, no pienso en las bajas ni en los que no están", reconocía el técnico sevillista a este periódico.

Hoy se cumple un mes desde que Konko sintiese un calambre en el primer tercio del Real Madrid-Sevilla y tuviera que ser sustituido por Adriano. Juan Ribas, jefe médico del Sevilla, se mostró optimista en aquel momento con el jugador: "Se le han realizado las pruebas adecuadas y resulta que no hay daños demostrables en los músculos, como cabría esperar por la sintomatología. No obstante, sí tiene una contractura en la zona del recto abdominal inferior y durante el partido tuvo un calambre en la zona del abductor. Pero no tiene daños físicos evidentes en su musculatura y se va a recuperar en pocos días", explicó el médico en la radio del club dos días después de aquel partido.

Eso fue hace un mes y desde entonces, Konko ha ido prorrogando su periodo de recuperación, porque alega sentir molestias en una zona aparentemente sana. El problema de trasfondo es que el jugador, que sí tuvo problemas en los aductores el primer curso en Sevilla, tiene un miedo excesivo a las recaídas y, además, no sigue al pie de la letra las recomendaciones que le hacen los médicos para prevenir lesiones en esa zona. Los aductores se le aparecen al jugador marsellés como su particular coco, aunque en realidad sea más una psicosis que una lesión.

Es más, incluso se le recomendó que fortaleciese la zona y que acentuase la recuperación realizando dobles sesiones de mañana y tarde, algo a lo que se niega el futbolista, que argumenta que nunca había tenido lesiones musculares en su carrera. Konko llegó al Sevilla en 2008 después de jugar dos años en la Serie A italiana, tras despuntar en la Serie B los dos cursos precedentes y, ahora que acaba de cumplir los 26 años, es cuando está empezando a acumular molestias musculares al arrastrar una deficiente preparación desde su periodo en la Serie B italiana. Los recuperadores del Sevilla intentan poner a punto al jugador, pero éste se toma con excesiva calma las progresivas cargas de trabajo y la reincorporación al trabajo regular con el grupo.

De ese modo, Konko, que llegó del Genoa al Sevilla con 24 años avalado por excelentes informes para romper como lateral en España y a cambio nada menos que de 9 millones de euros, apenas jugó 15 partidos de Liga en su primer año, los mismos que lleva este curso, cuando parecía que había corregido su tendencia a lesionarse hasta que sufrió ese calambre en el Santiago Bernabéu.

Ayer visitó al doctor Madrigal para intentar buscar una respuesta a esas continuas molestias que dice padecer. La idea del Sevilla era que esta consulta externa terminara de zanjar sus miedos y su inseguridad, pero él mismo descartó todo lo que no fuera seguir con un tratamiento conservador. Su vuelta al equipo va a depender única y exclusivamente de su voluntad y de que siga los dictámentes de los recuperadores y los médicos. Con la llegada de Stankevicius se habían paliado las ausencias de un futbolista que, a decir verdad, ha rendido a buen nivel este curso cuando ha jugado, como el mismo día del Bernabéu antes de su calambre. La lesión del lituano vuelve el foco hacia Konko de nuevo, pero ni está, ni se le espera. No es el caso de El enfermo imaginario, de Moliere, pero casi.