Lesiones, del azar a la prevención

El percance de Vadillo trae a la actualidad a qué responde la mala suerte de la plantilla bética. Los incidencias derivadas de una contusión son inevitables, no así las musculares.

Vadillo, de camino a la clínica Fremap apoyado con muletas, un día después de sufrir la lesión de rodilla en Marbella.
Vadillo, de camino a la clínica Fremap apoyado con muletas, un día después de sufrir la lesión de rodilla en Marbella.
Miguel Lasida Sevilla

05 de agosto 2014 - 05:02

Mucho se ha especulado en los últimos días con la mala racha de lesiones que ha padecido el Real Betis en los últimos meses. La puntilla llegó durante el encuentro que disputó el conjunto verdiblanco el pasado 31 de julio ante el Marbella, escenario en el que Vadillo volvió a sufrir una grave lesión en la rodilla izquierda. ítem más: la temporada pasada, como recuerda la hinchada verdiblanca, hasta 11 jugadores de la plantilla tuvieron que someterse a intervenciones quirúrgicas de diverso calibre, dejando con escasez de efectivos al equipo en varios periodos de la temporada que resultó finalmente aciaga. ¿Infortunio? ¿Acaso un mal de ojo?

La respuesta es que no siempre se trata de una cuestión de mala suerte. Este periódico ha consultado a varios preparadores físicos, expertos en recuperación y prevención de lesiones que, por diferentes motivos, han preferido omitir su identidad. Todos coinciden en que, dependiendo de si se trata de una lesión de origen traumático -un golpe o un mal gesto fortuito- o de si se trata de lesiones musculares, las lesiones pueden ser más o menos evitables. Naturalmente, las primeras no están sujetas sino al arbitrio del azar. Las musculares, no.

No todos se atreven a opinar abiertamente sobre el caso concreto de Vadillo. La alta cantidad de variables que pueden causar una lesión y el desconocimiento del caso concreto los hace mantenerse cautos. El caso del canterano de Puerto Real, con sendos esguinces en el ligamento lateral interno y el ligamento cruzado anterior y una fractura intraparenquimatosa del cóndilo y la meseta externa de la rodilla izquierda, los expertos consultados barajan varias causas, habida cuenta que los ligamentos están directamente vinculados a los músculos.

"El problema es la pretemporada", afirma Pepe Lorente, que ha sido preparador físico del Betis, Sevilla y el entonces Caja San Fernando de baloncesto. Para Lorente, a quien le consta la profesionalidad y el buen hacer de los actuales preparadores físicos y del cuerpo médico del club verdiblanco, los periodos siguientes a las vacaciones suelen contraer problemas musculares en los deportistas de élite. Ésa es una tendencia en todos los clubes de fútbol. "En primer lugar, cabe decir que cada futbolista, cada organismo, soporta una carga de trabajo específica. Dicho esto -continúa Lorente- las pretemporadas se desarrollan anormalmente bruscas, son demasiados agresivas", explica.

No hay secretos en esto de la preparación física. Ejercicio, recuperación y alimentación. Lo que sí varían son los métodos. Sobre la cantidad de lesiones sufridas por el Betis la temporada pasada, los expertos lo achacan a los cambios de preparadores que sucedieron en la plantilla durante la pasada campaña. Los hechos no raras veces ocurren así por que sí, afirman. "Seguro que eso influyó en la proliferación de las lesiones", declara Lorente, con más de 40 años de experiencia en el deporte profesional. Diversas metodologías obligan a adaptarse a los organismos de los futbolistas, expuestos no sólo a las contusiones, cambios de ritmo, combinación de ejercicio aeróbico y anaérobico, sino lo que conlleva la presión ambiental de una competición profesional.

Según los expertos preguntados, el aspecto psicológico es de enorme trascendencia en la aparición de las lesiones. No sólo es la recuperación del esfuerzo, no sólo es el cuidado preventivo, que también, sino es el aspecto emocional otro factor que puede desembocar en accidentes. "A cada persona le influye de un modo el contexto, la presión ambiental", observa Lorente, que se atreve a especular con varias hipótesis al respecto de la segunda lesión de Vadillo en tan escaso margen de tiempo. "La primera lesión fue el día en que debutó en Primera, ante el Real Madrid; la segunda, en la pretemporada, tras un descenso y en una fase en la que el jugador estaba llamado a ser uno de los puntales del ascenso. En cualquier caso, estoy convencido de que ese probable exceso de presión psicológica sobre el jugador ha estado controlado por el cuerpo técnico del equipo", considera Lorente, que apunta a lo sobradamente demostrado de la afectación de la cuestión psicológica en la salud de las personas, principalmente si se trata de deportistas de élite, para quienes cualquier desequilibrio puede afectar en el rendimiento. Un simple detalle puede significar un gol menos en un encuentro decisivo. O una lesión.

Otro de los asuntos en los que insisten los expertos consultados se centra en la recuperación de la fatiga, el descanso, la alimentación... Por mucho que los preparadores físicos abunden en estos detalles, si el futbolista no lleva a cabo una vida privada acorde a su profesión, no cabe extrañarse ante el acecho de las lesiones. Hay preparadores, ex futbolistas algunos, que creen que algunos jugadores adolecen de una vida excesivamente disoluta. No tiene que ser ese necesariamente el ejemplo de Vadillo, pero, sin duda, la alimentación, el descanso y la recuperación juegan un papel capital en las lesiones.

Hoy día, la diferencia entre los preparadores físicos se limita a los medios disponibles del club. No son iguales los medios del Manchester United que los del Betis. Siempre que sean incidencias musculares, la prevención de la lesión es posible, coindicen todos. Pero con medios y, cómo no, contando con la profesionalidad de los deportistas. El resto es rezar.

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