Mel salva el enésimo 'match ball'

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El consejo de administración ratifica la continuidad del entrenador, pese a la derrota en Pamplona · La cuestión económica, las dudas sobre su recambio y la buena imagen ofrecida, claves para la decisión

Pepe Mel realiza un gesto de desesperación durante el encuentro.
Pepe Mel realiza un gesto de desesperación durante el encuentro.
J. Mérida · S. Silva / Zaragoza · Sevilla

05 de diciembre 2011 - 05:02

Ni la racha de un punto sobre los 30 últimos posibles cuestionó el futuro de Pepe Mel en el Betis, pese a que el debate sobre su continuidad sí está dentro del club. Nada más terminar el encuentro ante Osasuna, los dirigentes desplazados a Pamplona -Miguel Guillén, Rafael Gordillo, León Lasa y Vlada Stosic- mantuvieron un encuentro y, en permanente contacto con José Antonio Bosch y el resto de consejeros, decidieron por unanimidad la permanencia del entrenador. Aunque el club no hizo oficial este asunto, el presidente, Miguel Guillén, sí declaró a este periódico que no se duda sobre este asunto. "Pepe Mel es nuestro entrenador y estamos a muerte con él y los jugadores", manifestó.

Tres razones de peso subyacen en torno a esta decisión. En primer lugar, el tema económico. Y es que la destitución de Mel supondría un alto coste, al tener que afrontar los tres años que tiene firmados con el Betis. Además, las dudas que surgen en torno a su sustituto y la buena imagen que ofreció el equipo verdiblanco en Pamplona jugaron a favor de que Mel siga en el banquillo bético.

Los dirigentes verdiblancos, desde el consejero José Antonio Bosch al director deportivo, Vlada Stosic, solicitaron públicamente que Mel realizase cambios en su estilo de juego para revertir la situación. Y en Pamplona, en el segundo acto, el cuadro verdiblanco demostró que los mimbres que se le han ofrecido al cuerpo técnico no sirven para ese pretendido paso atrás y sí para adueñarse del balón y cercar el área del rival. Con la feble defensa bética resulta casi imposible aguantar un partido completo sin regalar un gol al contrario y, quizá, la suerte para el Betis fuera que el mismo llegase con más de medio encuentro por delante.

La solución de Mel para el entuerto que supuso el gol de Miguel Flaño pasó por un regreso a los orígenes, con casi los mismos jugadores que consiguieron el ascenso y con ese estilo de juego que el Betis convirtió en sello propio. Únicamente Mario en el centro de la defensa y Santa Cruz en la delantera aparecían como fichajes de esta temporada -algo que señala muy directamente a Stosic- y el equipo bético asaltó, sin resultado, la portería defendida por Andrés Fernández. Hasta 13 llegadas con peligro al área osasunista se pueden contabilizar desde el disparo de Cañas, que se envenenó con el roce en un rival, que marcó el inicio del destape verdiblanco.

La vida presenta curiosos bucles. Y la de Mel los depara en este año que ha transcurrido desde que en una fría noche soriana firmase el contrato que le propuso Luis Oliver y que portó el entonces presidente Jaime Rodríguez-Sacristán durante aquella noche. Aquella firma, tan criticada por los actuales dirigentes béticos, quedó en nada una vez que se consiguió el ascenso y Mel aceptó las condiciones que le planteó la entidad para reformular tanto las cifras como las condiciones de su vinculación. Un año después de aquel contrato que le generó una soterrada polémica con Rafael Gordillo, quien la envió pronto a un segundo e incluso tercer plano, Mel mantiene la confianza de los actuales dirigentes. Al menos hasta el duelo ante el Valencia.

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