Ganar partidos en el Betis debe tener la importancia justa o los mandamases del club deben pensar que Pepe Mel es incluso mejor entrenador de lo que ya ha demostrado en sus dos años de trabajo en la entidad. De otro modo no se explica que el técnico vaya a ver, por segundo año, retocado y rebajado su equipo de trabajo sin que los responsables le hayan pedido opinión al respecto ni, mucho menos, que pueda proponer el nombre de los posibles relevos. Además, ninguna de las personas que han abandonado el equipo de trabajo del técnico lo han hecho por deméritos profesionales, más bien al contrario.

La temporada pasada, a estas alturas, ya se conocía que Jesús Paredes dejaba de pertenecer al cuerpo técnico. El madrileño, más que un preparador físico, era el segundo ayudante de Mel, un técnico veterano, conocedor de los secretos del fútbol y vital en algunos momentos del curso, que el primer equipo culminaría con el ascenso. Su soldada, que el club no trató ni de negociar, propició su salida, y fue sustituido por David Gómez, preparador físico de la cantera que ha realizado un gran trabajo pero que restringe a esa faceta su aportación.

Hace unas semanas ya se conoció que el club quería dedicación plena para la psicóloga, Patricia Ramírez, ya que estimaba que trabajaba pocos días para el dinero que percibía a final de mes. En principio, no ha sido sustituida. Ayer informamos de que Ángel Becerra, a quien la secretaría técnica orilló para que le hiciera los informes a Mel, tampoco va a seguir salvo que éste lo evite. En el club ya se ha filtrado quién realizará esa labor, posiblemente Aurelio, elegido por Vlada Stosic y no por Mel.