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Mönchengladbach, ocho meses después

  • El Sevilla tuvo su punto de inflexión en el Borussia Park, donde se jugará este curso su futuro europeo.

El Sevilla de Emery ha tenido varias simas en su ya dilatada trayectoria, cuyos picos altos no hace falta recordar. Antes del tercer título de la UEFA Europa League en Turín, el entrenador sevillista pasó un momento muy duro por estas mismas fechas hace dos años. Aquella mañana en Cornellà en la que cambió el sistema ubicando a dos medios de cierre para escoltar a Rakitic logró el primer triunfo a domicilio después de más de un año y con ello inició una ascendente trayectoria que aún tendría otra pésima racha en el inicio de 2014. Y hace ocho meses, en febrero de este año, el Sevilla estaba muy lejos de conseguir el récord de puntos histórico del club, 76, y nadie podía pensar que aquel mismo equipo que volvía a las andadas de dar una de cal y otra de arena podría repetir título en Varsovia. Mönchengladbach fue el punto de inflexión positivo.

Ahora, el Borussia Park se presenta como una nueva espada de Damocles sobre la cabeza de Unai Emery. Perder allí lo eliminaría de la Champions y pondría en manos del City el tercer puesto como mal menor, para lo que tendría que jugársela con la Juventus en la última jornada. La cita es dentro de tres semanas, el 25 de noviembre, tras la visita a Nervión del Real Madrid, el tercer parón liguero y la salida a Anoeta. Para el desarrollo de la temporada se antoja como un choque crucial, con el inconveniente de que el Mönchengladbach está ahora en un magnífico momento y espera al Sevilla con muchas ganas de revancha.

Hace ocho meses, el Sevilla disputaba la vuelta de los dieciseisavos de final ante un equipo que, como ahora, estaba en un momento de forma muy superior. El Mönchengladbach era tercero en la Bundesliga y tenía una trayectoria ascendente, mientras que el Sevilla seguía quinto, a cinco puntos del Valencia y acechado por el Villarreal. Pero las sensaciones negativas tras el 1-0 ante los alemanes en Nervión llegaban porque el equipo de Emery había concatenado cinco derrotas seguidas a domicilio antes de visitar el Borussia Park, la del Espanyol en la Copa (3-1), que acabaría siendo decisiva para su eliminación, y las ligueras frente a Valencia (3-1), crucial para la clasificación final, Real Madrid (2-1), Getafe (2-1) y Real Sociedad (4-3). Los precedentes hacían temer lo peor para los de Emery.

Sin embargo, el Sevilla se impuso por 2-3 en Mönchengladbach, tras un inicio temible del equipo de Lucien Favre, y desde aquel día, 26 de febrero de 2015, no volvió a perder ningún partido en toda la temporada, a excepción de la derrota en casa ante el Real Madrid.

En tres semanas, Emery vuelve a afrontar una durísima prueba que puede ser clave. Caer en la Champions sería una decepción grande. Pero quedarse fuera de Europa sería catastrófico. Con todo, el Sevilla ya se levantó de situaciones similares... y en eso confían el propio Emery y su plantilla, ahora en entredicho.

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