Manuel Olmedo, un notable ex corredor de 800 que en las dos vueltas a la pista no había logrado romper el cascarón continental, ha irrumpido en la escena mundial del 1.500 con un cuarto puesto que apunta a un renacimiento del mediofondo español.

En su lista de preferencias están Sevilla, el gazpacho, el color rojo, la película Forrest Gump, el libro El alquimista, Valonsadero (Soria) para entrenar, Hicham El Guerruj como atleta y, sobre todo, la siesta.

Olmedo es un talento que procede de la cantera hispalense, pero ha conseguido sus mayores éxitos desde que se trasladó a Soria para encomendarse a la dirección técnica de Enrique Pascual, el entrenador de Fermín Cacho y Abel Antón. Debutó en la selección española absoluta en 2002 con 19 años, pero antes, como júnior, ya fue octavo en el Mundial y en el Europeo.

En 2003 logró su primera medalla internacional, un bronce en el Europeo sub 23, y dos años después la de plata en la misma competición, pero fue madurando la idea de dar el salto al 1.500. Los 800, con sus rigurosos sistemas de clasificación en las primeras rondas, se estaban empezando a poner "imposible" para los no africanos. El Europeo en pista cubierta de Turín 2009 fue su última competición en las dos vueltas. Terminó quinto y dejó la especialidad con el mejor resultado de un ochocentista español en los Juegos Olímpicos: cuarto en su semifinal de Pekín.

Olmedo, un peso pluma (57 kilos), dio el salto al 1.500, prueba en la que hay tiempo de corregir errores y quien tiene un buen remate, como él, tiene mucho adelantado. Detrás de su apariencia frágil, hay un hombre de carácter, capaz de cantar las cuarenta a la Federación por no seleccionarlo el pasado año para los Mundiales en pista cubierta de Doha, pese a ganar el Nacional, circunstancia que le indujo, incluso, a pensar en la retirada después de lo que entendía como "una falta de respeto".

Este año, en su primer Europeo bajo techo en 1.500, Olmedo disipó en París cualquier duda al ganar la final. Campeón de España al aire libre y en pista cubierta, bronce al aire libre en el Europeo de Barcelona y, ahora, cuarto del mundo. Olmedo está cerca de la gloria de Fermín Cacho y Reyes Estévez.