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Pavor a la última media hora

  • El hecho de haber recibido el 80% de los goles pasado el minuto 60 deja al aire un preocupante bajón físico en las segundas partes · Los técnicos señalan un déficit de posesión, pero repiten pruebas fisiológicas.

Mientras el sevillismo sigue enfadado con la imagen de su equipo pese a la globalidad de los resultados, los técnicos continúan buscando las causas y soluciones a las desconexiones que sus futbolistas protagonizan durante la competición. Marcelino viene repitiendo desde que empezó el curso que su equipo no es constante en las mejorías futbolísticas experimentadas. El asturiano siempre habla de retales de partidos, de segmentos o fases de equis minutos en la primera parte contra tal equipo o de la primera media hora ante cual rival.

Pero, encima, los datos dicen, y los técnicos lo han detectado, que podría haber un bajón físico en las segundas partes, donde el Sevilla baja los brazos, pierde intensidad y acaba dominado por el contrario. En Zaragoza así ocurrió después de una puesta en escena más que decente en la primera mitad bajo un cambio de dibujo para reforzar el centro del campo. Pero no es nuevo. Frente al Málaga, en el primer partido como local, se dejó dominar tras el descanso tras acabar la primera parte con 2-0 a favor. El gol de Cazorla llegó en el minuto 80 y acabó pidiendo la hora. Es verdad que fue de falta, pero la infracción vino de un ataque del rival.

Los niveles físicos que manejan los profesionales físicos y médicos del primer equipo demuestran que el nivel de preparación de la plantilla está dentro de los baremos previstos y que, en teoría, no hay bajón físico. Además, refieren que hay progresión. Pero, en cambio, es patente que sí lo hay. De hecho, hay un dato demoledor: el Sevilla ha recibido el 80% de los goles encajados en la Liga en la media hora final de partido y el 60% en el último tercio.

De los diez tantos encajados por Javi Varas, sólo dos han sido en la primera mitad, el 1-1 de Rossi de penalti en Villarreal (35') y el 0-1 de Iraola ante el Athletic (5'). Del resto, ni siquiera uno llegó en los primeros minutos de la segunda mitad y todos -los ocho- han sido del minuto 62 en adelante: Cazorla para el Málaga (80'), Marco Ruben en El Madrigal (72'), Barral para el Sporting (63'), Ariel y Jairo a favor del Racing (62' y 68'), Geijo y Mikel Rico en la remontada del Granada en Nervión (79' y 90') y, por último, De Marcos en la victoria por 1-2 del Athletic de Bielsa (71').

¿Qué quiere decir esto? Pues que el nivel físico de los futbolistas del Sevilla baja notablemente en la última fase de cada encuentro, como no negó el once blanco en Zaragoza, donde, sin recibir ocasiones, sí cedió bastante terreno y el control de un partido que ganaba por 0-1.

La obligación de los profesionales es encontrar las causas y poner remedio. En las parcelas tanto física como fisiológica se siguen buscando datos y, de hecho, ayer, mientras la plantilla recibía la segunda paliza física en dos semanas, los médicos volvían a llevar a cabo una práctica habitual desde la llegada de este cuerpo técnico: la extracción de muestras de sangre. Los niveles obtenidos serán de nuevo analizados por el doctor Terrados, especialista en este apartado.

Mientras, los técnicos también mascullan que la causa de esta caída física puede deberse a la incapacidad que tiene el equipo para mantener la posesión del balón, lo que obliga a los futbolistas a correr demasiado detrás del mismo en una empresa fundamental y para la que no hay muchos especialistas: recuperar la pelota. Y cuando lo logran, las posesiones son demasiado cortas. ¿Actitud, aptitud, falta de intensidad? También coinciden los minutos de esos 8 goles en fases en las que a lo mejor convenía refrescar el equipo con cambios.

En el lado opuesto, es cierto que ha marcado dos goles en los minutos finales (Villarreal y Racing), pero la mayoría de los tantos a favor han llegado en la primera mitad.

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