Elche - sevilla

Cuando Rakitic no basta

  • Con las alas bloqueadas y sin juego en los pivotes, el croata fue un islote.

Ayer quedó claro que Unai Emery va a apelar al doble pivote defensivo fuera de casa por norma y que en casa, dependiendo de la enjundia del visitante, prescindirá de uno de ellos para retrasar a Rakitic, como en el brillante mediodía de Getafe. Pero adelantar al suizo-croata implica que brote algo de fútbol en el inicio de la jugada desde atrás, bien por dentro con el doble pivote, bien por fuera con la conexión de los laterales con los extremos. Y ayer no sucedió ni una cosa ni la otra. Cuando Rakitic la recibía, el juego del Sevilla se iluminaba. Pero alrededor nadie tuvo su noche con la pelota en los pies. Ni M'Bia, ni Iborra, ni Vitolo, ni Reyes. Y mucho menos Bacca, que falló dos goles groseros, sobre todo el primero.

Defensa

Las constantes pérdidas de la pelota de Reyes y Vitolo impidieron que el Sevilla adelantara la línea defensiva como pretendía. El Elche, que salió agresivo al son que marcó Rubén Pérez en la sala de máquinas, impuso el dinamismo de sus tres mediapuntas, Carles Gil, Coro y Aaron, que intercambiaban sus posiciones con coordinación y mucha intención ante un M'Bia que, descolocado y estático, poco ayudó a Iborra y los centrales. Insistió más el Elche en la zona blanda de la zaga sevillista, el costado derecho. Allí Coke sufrió para anticiparse o cerrar, e incluso perdió alguna pelota en la salida que pudo costar carísima. Los centrales y Fernando Navarro -a pesar del nulo apoyo de Vitolo- sí que mantuvieron el notable nivel de partidos atrás, sujetando con solvencia a Boakye y evitando que la segunda línea ilicitana sorprendiera en zona de remate.

Ataque

La negra noche de Vitolo y Reyes, más la casi testimonial aportación ofensiva de unos laterales con trabajo atrás, bloqueó los ataques sevillistas cerca de la cal. Y eso redujo mucho sus opciones. Por dentro, el único que lo vio claro fue el de casi siempre, Rakitic, que parecía jugar a otro deporte.

El Elche, que no firmaba el empate, fue adelantando la línea defensiva en la segunda parte. Pero ni con esos espacios que afloraron Vitolo y Reyes se animaron. El Sevilla sólo mejoró cuando entró Gameiro, con chispa y vertical: dio otro gol a Bacca.

Virtudes

Ayer volvió a quedar reflejada la versatilidad de la plantilla que maneja Unai Emery: se lesiona M'Bia con Iborra ya fuera del campo, y el vasco mete a Pareja como central para adelantar a Carriço al puesto de medio centro. Y el luso se ancla con mando.

Encima, Carriço rescata el empate con el décimo gol en estrategia de esta Liga, una barbaridad. Y el sexto que se origina desde un saque de esquina.

Talón de aquiles

El debate se aviva: con Rakitic en el doble pivote fluye más juego, pero si el rubio juega más arriba, falta hace una fuente de fútbol alternativa en el origen de las jugadas. Ayer no la hubo.

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