Motociclismo

Saltar de la "jaula" al asfalto

  • Un grupo de estudiantes de la Escuela Politécnica conforma Sevilla Racing, una escudería que compite cada dos años en Alcañiz

  • Ellos son quienes diseñan, fabrican y ensamblan las piezas de la moto

Los componentes de Sevilla Racing, el pasado mes de octubre en el circuito Motorland Aragón.

Los componentes de Sevilla Racing, el pasado mes de octubre en el circuito Motorland Aragón. / M.G.

En el mundo del motor, la competición parece un espacio reservado para un grupo minúsculo de privilegiados. Quizás por eso es tan impactante escuchar un prólogo de lo que es Sevilla Racing: una escudería creada por estudiantes de ingeniería de la Escuela Politécnica que confecciona motos y participa en una carrera que se celebra cada dos años, en el circuito de Motorland Aragón, en Alcañiz.

Pablo Díaz (Huelva, 1997), que estudia un doble grado en ingeniería mecánica e ingeniería del diseño industrial, define con mucho tino lo que significa el proyecto. "Es salir de la jaula y lanzarse al mundo profesional", dice. Él, además de parte del área de chasis, pertenece a la de gestión y dirección. Y comparte ésta última con otros dos compañeros: Rubén Valdelvira (Sevilla, 1997) y Faisal Chaudri (Córdoba, 1995).

Sevilla Racing echó a andar en el año 2014. Y su punto de partida está en MotoStudent, una competición que reúne a agrupaciones universitarias de todas las partes del mundo. "Este año había equipos de Alemania, de Italia, de la India...", apunta Pablo. Ésta se celebra desde 2009 y tiene unos procedimientos muy particulares. "Nos dan una serie de elementos: el motor, las llantas, las gomas y los frenos. Del resto, nos encargamos nosotros: tanto de fabricarlo como de diseñarlo", detalla Rubén, que está en el cuarto curso de ingeniería del diseño industrial.

De este modo, los jóvenes disponen de un plazo de 18 meses para confeccionar una moto de cuatro tiempos y 250 cc. Aunque los miembros actuales del equipo –la mayoría de ellos se incorporó en 2016– destacan que la labor más complicada fue de quienes dieron los primeros pasos hace cuatro años, tanto en los aspectos puramente competitivos como en los referentes a patrocinios.

"Entonces era una tarea mucho más difícil, porque vas en busca de las empresas sin un prototipo, únicamente con una idea", comenta Rubén. "Arrancar un proyecto de este tipo es complicado, porque no puedes vender lo que estás haciendo, sino lo que piensas hacer. Y ahí las empresas son más reacias. Ya en la segunda edición que participamos, que comenzaba en 2016, teníamos un primer prototipo, unos patrocinadores de confianza, etc", argumenta.

"Después de dos años en el equipo, cuando veo una moto ahora, la miro de otra forma"

En la última edición de MotoStudent, que se disputó a principios de octubre, Sevilla Racing finalizó en el decimoquinto puesto de un total de 50 equipos participantes. "Teníamos un presupuesto de 15.000 euros y hemos superado nuestra previsión, que era la de estar entre los 25 primeros", remarca Faisal, que estudia ingeniería eléctrica y es, desde hace años, un gran aficionado al motociclismo. "El estar trabajando en un box en el que unas semanas antes han estado Márquez o Rossi es algo increíble", manifiesta.

Son muchos los integrantes del grupo, de hecho, que contemplan dedicarse a la competición de manera profesional. Algunos ya dieron el paso. "Hay un ex compañero que ahora se va a la Monlau, una escuela de competición que hay en Barcelona. Y otro quiere hacer un Máster en Oxford sobre el mismo tema", señala Pablo.

No obstante, aunque antiguos miembros han tomado un camino individual, los componentes actuales del equipo y piensan en crecer de una manera coral. "Hemos empezado como una asociación de estudiantes, pero la intención es seguir con esto y montar algo a nivel profesional", argumenta Faisal, que incide en que en los últimos meses, han sido muchas las empresas que han secundado el proyecto.

Y es que el secreto de Sevilla Racing no es otro que el trabajo en equipo. Aunque Rubén se enmarca en el área de carenado, Faisal en la de electrónica, Pablo en la de chasis y otros compañeros en las de basculante o elementos auxiliares, sus labores se cruzan a menudo. "Todos hacemos un poco de todo", recalca el propio Pablo.

La confección de la moto tiene sus pasos y también sus obligaciones: MotoStudent exige a los equipos incluir algún tipo de innovación en cada edición. "Cuando vas viendo que tus diseños se van ensamblando con los del resto del equipo, la sensación es única", expresa Faisal. Al fin y al cabo, el proceso que se lleva en los talleres es el que precede al del asfalto.

"Entrar en un proyecto como este te cambia los esquemas. Hace dos años, nunca habría dicho que me gustaría trabajar en el motociclismo de competición. Ahora diría que es mi sueño", zanja Rubén.

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