Llega otro partido trampa, repitiendo como anfitrión y de nuevo frente a un rival al que le gustan las triquiñuelas defensivas, como el Estudiantes el pasado fin de semana. Los colegiales dieron el disgusto en San Pablo, aunque el Cajasol sigue dependiendo de sí mismo para el soñado play off, más aún después del esperado revés del Joventut ante el Real Madrid en un choque aplazado. El púgil que asoma al otro lado del cuadrilátero es el Iberostar Tenerife, la revelación del campeonato en la primera vuelta, que le valió la clasificación copera, pero que en esta segunda, sin el traspasado Sekulic y mermado por algunas lesiones en el juego interior, sólo ha sumado dos triunfos en 12 jornadas.

Esas similitudes en la retaguardia entre colegiales y laguneros provocan mayor respeto en el cuerpo técnico del Cajasol, que se ha devanado los sesos estos días para tratar por todos los medios de que el ataque posicional no se enmarañe contra el muro canario. Además, el agobio ofensivo deriva en laxitud defensiva y, por tanto, en facilidades al contrario, tal y como quedó patente frente al Estudiantes. Ese error, la derrota de hace una semana, será sólo un resbalón menor si reconduce la situación el Cajasol y hace los deberes esta tarde. Ahora bien, la concentración debe mantenerse desde el minuto uno al 40. Sortear el engranaje defensivo del Iberostar y alzarse con el decimosexto triunfo del curso trae premio, nada menos que dejar al alcance de la mano la clasificación para el play off, sobre todo si liquida después de la Feria -la próxima semana tendrá un doble desplazamiento: Santiago de Compostela y Valencia- al Joventut en el último encuentro casero de la fase regular.

La cosa pasa por el propio Cajasol, por la versión que muestre esta tarde: si es la que devora al rival a base de actitud defensiva, habrá andado más de medio camino hacia la victoria; si acusa los nervios, la ventaja de partida será para los isleños que dirige Alejandro Martínez. Después de alcanzar la excelencia en Manresa y de cuajar partidos sobresalientes, como en la cancha del Real Madrid, los chicos de Aíto necesitan dar el último empujón cuando sólo quedan cinco jornadas para el bocinazo que señala la conclusión de las 34 jornadas.

Satoransky, quizás en una de sus últimas comparecencias en San Pablo si decidiera no renovar el contrato tras cinco años aquí, volverá a ser la punta de lanza de los hispalenses, ayudado por un Radicevic muy mejorado que tropezó hace una semana y por un Franch demasiado inconstante. Ojo a los bases del Iberostar: Úriz suele hacer mucho daño al Cajasol y Bivià llega motivado por su buena actuación en Valladolid el pasado lunes.

Bamforth, tras la exhibición triplista del estudiantil Kuric, tendrá labor extra con Richotti, un escolta veloz que tira y penetra, mientras que otro de los exteriores de los visitantes, Saúl Blanco, está menos fino pero ha cuajado una sensacional campaña y el ex cajista Carl English aparecerá con ganas de aguar la fiesta. Levi Rost, por quien el Cajasol se interesó este verano, ayudará dentro y fuera. Los locales disponen de armas para desactivar el perímetro tinerfeño: además de Bamforth, Mata y Urtasun, junto a los polivalentes bases, están capacitados para anular a los visitantes y también para darles un dolor de cabeza cuando el balón lo tengan los hispalenses.

Por dentro, el Iberostar no tiene una referencia de un pívot nato dentro de la pintura tras la marcha de Sekulic a Turquía. Lampropoulos está de regreso tras su lesión y Martínez combina a varios ala-pívots en las dos posiciones interiores. Luke Sikma, Daniel Kickert y dos veteranos de guerra como Diego Fajardo y el rocoso Jesús Chagoyen pueden plantear problemas por su movilidad. Aun así, la virtud del dinamismo es otra baza de los cajistas, con Marcus Landry y Kristaps Porzingis en escena. Ojalá el yanqui exhiba su cara más solidaria, dado que es un buen pasador pese a que le gusta tirar y tirar, y ojalá al letón no se le suba la fama a la cabeza después de ver su nombre incluido en la lista previa al draft de la NBA. Balvin y Hernangómez tienen que hacerse fuertes debajo del aro para explotar ese recurso.

Por la mente de los jugadores del Cajasol no puede caber otra idea que no sea la de ganar por cualquier vía. El sorteo de la defensa isleña traerá el premio de arrimar muchísimo el play off.