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Vitolo como agua de mayo

  • Un equipo fatigado pide a gritos la frescura del canario. El tipo de juego del Barça siempre favoreció su fútbol.

La puesta en escena del Sevilla en Turín arroja como una de sus conclusiones más palmarias la convicción de que necesita chispa y frescura. Gasolina de 98 octanos para poder doblegar a los rivales cuando las bajas han dejado el depósito de los que juegan domingo sí y miércoles también prácticamente a cero.

Unai Emery pasa la mirada por la ubicación de los suyos en el interior del vestuario y debe detenerse en el rincón en el que se sienta Vitolo. Ahora mismo el canario puede decirse que es la luz para un entrenador que ha recurrido durante dos partidos consecutivos a la velocidad de Gameiro y ha cruzado los dedos en Turín para que las lagunas tácticas y físicas de Konoplyanka no se comieran lo que puede aportar (poco todavía) en el frente de ataque, donde se le necesita en realidad. Vitolo, después de unos 20 días renqueando con unas molestias musculares, debe dar el paso para volver a un once que pide a gritos su presencia.

El extremo, un jugador esencial en el esquema del de Fuenterrabía, comenzó con unas dolencias musculares la semana previa a la nefasta visita del Celta. Las bajas, como reconoció Emery, lo obligaron a alinearlo cuando tenía pensado darle descanso. Jugó en la derecha ayudando a Mariano en defensa, pero duró 30 minutos. Tres días más tarde, en su tierra, Vitolo no jugaba de inicio, pero Emery recurrió a él en la segunda mitad y del viaje a Las Palmas volvió ya con más sobrecarga de la cuenta. Ante el Rayo no hubo más remedio que darle descanso para evitar una rotura de fibras y a Turín el sentido común recomendaba dejar que la recuperación fuera completa para evitar un retroceso y para que este fin de semana pueda estar lo más cerca posible de su pico más alto de forma.

Además, contra el Barcelona, que puede decirse que es su rival predilecto. No es que le haya ido bien porque Vitolo, en cinco partidos ante los azulgrana, acumula cuatro derrotas y un empate, pero sí es cierto que la manera de jugar al ataque del todopoderoso culé facilita más su juego que otro adversario. El canario es internacional, en parte, por las exhibiciones que ha ofrecido siempre ante el Barcelona, un rival que ofrece con facilidad los espacios con los que Vitolo se encuentra más a gusto. Potencia, velocidad, zancada… unidas a una calidad depurada con salida del regate por los dos lados, son armas que le convierten en un jugador peligroso ante rivales que dejan metros atrás.

Las experiencias de Vitolo ante el Barcelona empezaron en el Camp Nou en septiembre de 2013. Era un desconocido en Primera, el Sevilla sólo había disputado tres jornadas y en la inmensa pradera de Les Corts empezó a aparecer con su enorme zancada en la recta final de un choque que los de Martino parecía que ganarían plácidamente con un 2-0 a favor. Aquella noche le habían anulado un gol legal a Cala en un córner y cuando todo parecía acabar, una gran galopada con Piqué preguntándose de dónde había salido aquel tren imparable precedió al 2-1 servido en bandeja a Rakitic. Coke empataba en el descuento y hasta Rakitic tuvo en sus botas el 2-3, pero finalmente fue Alexis Sánchez el que tiró por tierra tanto esfuerzo.

En otra ocasión, la pasada temporada se repitió una historia parecida en el Sánchez-Pizjuán, con un 0-2 en media hora (Messi y Neymar de falta) y una reacción que empezó justo antes del descanso con un gol de Banega y que se completaría después con un Vitolo ya pletórico en las transiciones, en las que encontró a Gameiro en su mejor aliado. El francés hizo el 2-2 final.

Por último, se repitió la historia en Tiflis este verano. En el tramo final del partido tras la ventaja ya habitual de Barça (esta vez por 4-1 tras remontar el primero de Banega) apareció Vitolo entre otros para liderar la reacción sevillista en aquel espectacular, y ya con un sitio en la historia, 5-4 en la Supercopa de Europa. Tras poner la moto por la izquierda y ejecutar un centro preciso con su zurda a Reyes en el 2-4, ayudó a encerrar al Barça hasta el tanto final de Pedro, después del que incluso el Sevilla tuvo dos ocasiones clarísimas de Coke y Rami.

El propio Vitolo reconoció a este diario en una entrevista tras su primer encuentro con el Barça que se siente cómodo jugando contra los grandes, amén de que en los minutos finales parece tener una marcha más. "Siempre me he encontrado mejor conforme van pasando minutos que cuando empiezan los partidos. Es verdad que en el Camp Nou y en el Bernabéu me encontrado muy bien, también porque el Barcelona y el Real Madrid dan muchos espacios y eso me viene bien. Me encuentro muy cómodo. Para mí es mejor que los rivales se vayan al ataque", dijo entonces, en noviembre de 2013. Han pasado casi dos años.

Después ha demostrado que ha sido así y ahora debe repetir la historia. Porque el Sevilla lo necesita y porque ahora mismo, entre tantas lesiones y reveses de resultados, debe caer como agua de mayo en un pozo seco.

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