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Zozulya, ida y vuelta

  • El Betis y el Rayo Vallecano acuerdan que el delantero ucraniano regrese a Sevilla debido a las fuertes presiones de la afición franjirroja. El atacante no podrá ser inscrito en otro club.

Roman Zozulya, acompañado de Torrecilla, el día que aterrizó en Sevilla.

Roman Zozulya, acompañado de Torrecilla, el día que aterrizó en Sevilla. / M. J. López

El cierre del mercado de fichajes dejó en el Betis la salida, en forma de cesión, de Roman Zozulya al Rayo Vallecano, pero desde que se confirmó la operación las protestas del sector más radical del cuadro franjirrojo fueron creciendo hasta el punto de que el jugador ucraniano tuvo que regresar a Sevilla.

El futbolista del conjunto verdiblanco se presentó ayer por la mañana en la ciudad deportiva del Rayo, junto con su agente, Vladimir Kuzmenko, pero ni siquiera se vistió de corto, estando siempre muy pendiente del teléfono. Mientras tanto, el sector más ultra de hinchada rayista (Bukaneros) acudió al entrenamiento de su equipo con una pancarta que rezaba lo siguiente: "Vallecas no es lugar para nazis. Presa, para ti, tampoco.

¡Vete, ya!". Además, algunos aficionados insultaron al delantero ucraniano a su llegada al recinto deportivo, teniendo, incluso, la Policía Nacional que hacer acto de presencia e identificar a algunos ultras, que hasta dialogaron de forma amenazante con el representante del jugador. "Si él quiere rescindir el contrato, nosotros también, es lo mejor para las dos partes", dijeron los hinchas a Kuzmenko, que posteriormente dejó claro que Zozulya "no es nazi ni nada" y que no iba a jugar en el Rayo.

Una pancarta contra Roma Zozulya en la ciudad deportiva del Rayo Vallecano. Una pancarta contra Roma Zozulya en la ciudad deportiva del Rayo Vallecano.

Una pancarta contra Roma Zozulya en la ciudad deportiva del Rayo Vallecano.

Además, la Plataforma ADRV (representativa de muchas peñas rayistas) también emitió un comunicado en el que rechazaba la incorporación de Zozulya, a la vez que criticaba la gestión del presidente del equipo madrileño, Martín Presa, que es otro asunto de trasfondo en el fichaje de Zozulya por el Rayo. "Ridículo tras ridículo. Cuando parece que nada puede sorprendernos en este club siempre llega otra bofetada a nuestros valores e historia: entre los miles y miles de jugadores que hay en el mercado deciden fichar a un reconocido neonazi como Zozulya", indicó la nota, para seguir de la siguiente manera: "No es una cuestión de ideologías o pensamiento, va más allá. El jugador ucraniano ha empuñado armas, ha donado dinero a batallones fascistas, luce sus símbolos y ha manifestado en numerosas ocasiones su apoyo a la ultraderecha de su país, para quien es un símbolo (...). Otro gran incendio en el club es lo último que necesitamos ahora, pero sólo el hecho de pensar en un jugador así para nuestro club dice todo de la persona que lleva este barco a la deriva, de su absoluto desprecio por el Rayo y los valores que representa. Las peñas del Rayo no queremos tipos así, ni en el césped ni en el palco".

Ante esta situación, horas más tarde, el director deportivo del Betis, Miguel Torrecilla, anunció en los medios oficiales del cuadro heliopolitano que Zozulya volvería a la capital hispalense: "Hemos recibido la noticia de que está teniendo problemas con un grupo radical y lo primero que hemos hecho ha sido hablar con el Rayo. Hemos acordado para proteger a la persona y al jugador nuestro, que es un activo nuestro, que regrese a Sevilla. Los departamentos jurídicos de ambos clubes continuarán el proceso e informaremos más adelante de cómo acaba esta situación. Lo que está claro es que federativamente desde ayer (martes) a las doce de la noche es jugador en cesión para los próximos seis meses del Rayo Vallecano. Vamos a esperar que trabajen nuestros servicios jurídicos y nos dirijan sobre cómo debemos actuar, pero a la persona hay que protegerla y nos debemos a esa protección a Roman".

El salmantino indicó, además, que el ex jugador del Dnipro se encontraba muy afectado por todo este asunto: "He podido hablar con Marcos Álvarez, que estuvo mucho tiempo con él en el Dnipro. El jugador está muy afectado, no se esperaba que esto pudiera pasar. Ayer dedicó un texto a toda la afición del Rayo, pero parece ser que esto no ha llegado a determinados sectores y vamos a recibir al jugador de regreso aquí. Después dejaremos actuar a nuestros servicios jurídicos para que nos aconsejen qué camino tomar".

Por último, Torrecilla dejó claro que Zozulya no podía ser inscrito de nuevo en el Betis ni tampoco en otro mercado de fichajes que aún esté abierto: "La persona está por encima de todo, vamos a actuar para la persona y para que Roman vuelva a tener su tranquilidad aquí. Está inscrito y es un jugador que federativamente pertenece al Rayo, la operación es una cesión de derechos federativos simple y después tampoco puede ser inscrito en mercados abiertos porque cuando empezó la temporada el 1 de julio él llegó el 26 de ese mes y venía de estar inscrito al comienzo del a campaña 2016-2017 con el Dnipro. El cupo de inscripciones que permite la legislación lo ha cubierto y ya no puede ser inscrito en ningún otro club".

Zozulya tiene permiso del Rayo para regresar a Sevilla y volver a entrenarse con el Betis, aunque sigue teniendo contrato con la entidad vallecana. Es una situación muy complicada para el jugador, que en lo que va de temporada sólo había gozado de 150 minutos, repartidos en seis encuentros, el último, frente al Sporting de Gijón en Heliópolis. Así, todo parecía haber quedado solucionado con su préstamo al Rayo Vallecano hasta el final de temporada, hasta que la presión de los ultras y de buena parte de la afición franjirroja frustrara todo, como se vio en las pintadas que aparecieron en el barrio madrileño. "Zozulya, fuera de Vallecas", "Fuera nazis de Vallecas", "Vallecas, en pie de guerra. ¡Nazis, no!", se pudo leer en ellas, acabando así un triste episodio.

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