En descargo de Jiménez, que el Sevilla saltó con una banda derecha muy circunstancial, con Fernando Navarro en el lateral a regañadientes y Adriano por delante en lugar de Jesús Navas. También en descargo del entrenador, que las bajas de Duscher y Fazio le cierran el margen para refrescar el corazón del centro del campo, donde Romaric y Maresca juegan con la boca abierta y arrastrando las piernas. Pero ahí acaban las alegaciones del técnico de Arahal. Su decisión de encargar a Kanoute la marca de Zigic resultó nefasta y llevó al 0-2; con 45 minutos por delante y una pieza más, los movimientos tácticos no corrigieron nada.

Defensa

Zigic cazó un balón al saque de una falta lateral desde la derecha de su ataque, Kanoute le perdió la marca, cabeceó muy fuerte, Palop rechazó como pudo y César Navas marcó a placer. El partido había atravesado su primer cuarto. Y en la primera jugada de la segunda mitad, otra falta indirecta, Kanoute no se anticipa a Zigic y el balón, tras el barullo, se cuela.

Los defensores sevillistas no anduvieron listos al cerrar en las bandas, provocaron muchas faltas laterales y el Racing lo aprovechó con el golpeo de Munitis y los movimientos de sus numerosas torres: Zigic, César Navas, Colsa...

Ataque

Once contra once, Muñiz ordenó una audaz presión al inicio de la jugada sevillista. Mordían a Renato y Romaric, que se enredaron en esa batalla. Los extremos y los puntas quedaron desconectados y tuvieron que retrasarse para tocar la pelota. El peligro se diluyó.

Con uno más durante una hora larga, el Sevilla no supo crear situaciones de superioridad. Ni con tres defensas (entra Chevantón por Escudé y Adriano se ubica de falso lateral) ni con dos (entra Pukki por Drago, y se quedan atrás Squillaci y Fernando Navarro) hubo peligro real más que en un par de jugadas. Con cinco puntas y dos medios poco dinámicos, Maresca y Renato, el Sevilla colgó balones en lugar de triangular, jugar al primer toque. Y los rechaces caían a racinguistas.

Virtudes

La actitud, por reflejar algo.

Talón de aquiles

La apuesta de Kanoute para frenar a Zigic no resultó. Luego, el fútbol fue demasiado directo con un jugador más durante una hora.