Betis Baloncesto

Melilla - Betis: Un respiro con demasiado suspense (83-87)

  • El Betis Baloncesto logró la primera victoria de la temporada en un partido que parecía controlado y se le complicó demasiado al final

  • Polanco, el mejor de los nuevos fichajes de un equipo al que le falta un pívot y algún retoque más

Rakocevic para el ataque verdiblanco ante la mirada del jugador del Melilla Van Dyke.

Rakocevic para el ataque verdiblanco ante la mirada del jugador del Melilla Van Dyke. / Betis Baloncesto

Por fin cayó la primera. Costó más de lo esperado, pero el Betis Baloncesto estrenó su casillero de triunfos en esta segunda etapa en LEB Oro y espantó los fantasmas en Melilla, donde el conjunto del sevillano Rafa Monclova, que nunca estuvo por delante en el marcador, le metió el miedo en el cuerpo a los verdiblancos, que acabaron ganando por 83-87.

Demasiado sufrimiento para un equipo que dominó con claridad tres cuartos, pero que a sabiendas de su necesidad se mostró como un manojo de nervios que afloraron en la recta final, cuando el local Van Dyke, tras una gran defensa antes de Rakocevic, apareció para colocar a los suyos a golpe de triple. Tras disfrutar de ventajas de 13 puntos en el primer cuarto, de 17 en el segundo y hasta de 16 en el tercero, las malas decisiones en ataque dieron vida al conjunto de la ciudad autónoma, que se puso a tiro de un par de ataques en la recta final del choque, Con 70-78 Barnes, en su estreno como bético, penetró sin mirar que Kuksiks estaba solo en la esquina. Falló y Melilla recortó la diferencia. Suerte que después, tras el error de Rakocevic, Norelia hizo campo atrás, aunque los errores del cuadro hispalense daban vida al rival y Van Dyke comenzó su exhibición desde el triple poniendo el 75-80 y después el 78-82 tras un rebote ofensivo decisivo de Doménech.

Como otra captura vital de Romero de la que Rakocevic sacó una personal para poner el 78-84 a 22 segundos del final. Pero ni así respiró tranquilo Javi Carrasco en el banquillo hispalense, porque Figueroa puso el 80-84 y Polanco sólo acertó un tiro libre. Pero el tiempo se agotaba y ya no daba tiempo para mucho más que otro triple local y la sentencia de Rogic desde la personal.

El choque, sin embargo, deja claro que este Betis sigue de pretemporada. Cociéndose a fuego lento, después de que debutasen sus tres nuevos fichajes. Jordan Barnes estuvo discreto, tirando a mal, en la dirección; a Hanzlik se lo vio con ganas, demasiadas quizás, y no entendió que su rol recién aterrizado no puede ser tirarse todo balón que le llega a las manos y el mejor fue un Polanco que demostró que puede aportar muchos puntos al conjunto del conglomerado mexicano XOY, que logró su primera victoria.

El acierto en el triple, lo que no tuvo en los encuentros anteriores, le dio las primeras ventajas a un Betis que con tres derrotas se la jugaba en Melilla. Consciente de ello, Carrasco no dio minutos ni a Pablo Marín –pese a que el director de juego estadounidense tampoco estaba destacando– ni a Fevry y tiró con una rotación de nueve jugadores, moviendo piezas para cubrir los descansos de Romero, ya que sólo tenía un pívot a su disposición.

Fue un activo Doménech quien mejor lo hizo por dentro, con un par de rebotes ofensivos importantes y canastas de mérito en el último cuarto. También Kuksiks, que sigue abusando desde el triple y Dedovic, desacertado de nuevo, jugó algún tiempo como ala-pívot. Necesita el cuadro andaluz firmar pronto a otro pívot para completar la revolución de una plantilla que en el tiempo de gestión del Betis apuntaba a la LEB Plata, hasta que XOY le dio un impulso evidente, aunque todavía está por ver que la plantilla se convierta en un equipo.

Los triples dispararon al Betis, que mediado el segundo acto colocó un claro 27-44 con Rogic haciendo jugar a los suyos (7 asistencias) y anotando con facilidad. Cuando el equipo le hace llegar balones en buena posición a Ismael Romero las canastas son más fáciles, aunque el cubano apenas juega al pick and roll aprovechando su potencia.

Enfrente, Lepichev, que en su momento fue sondeado por la directiva verdiblanca, mantenía con un hilo de vida a un Melilla al que le costaba anotar con Van Dyke bien frenado, pero el Betis se enredó fallando triples y al descanso la renta fue de 13 puntos: 35-48. Partido controlado, pero con una preocupante sensación de irregularidad y de funcionar a tirones.

La reanudación se abrió con un triple de Rogic (35-51) y ni la zona que dispuso Monclova frenaba en seco a los verdibancos, que seguían sumando poco a poco y Rakocevic ponía el 46-59 desde el perímetro. Pero despertó Van Dyke, Marjanovic se unió a la fiesta y los errores de Kuksiks desde más allá de la línea de los 6,75 metros (2/9) espolearon a los locales en busca de la remontada. Fue el Betis quien hizo creer al Melilla que podía meterse en el partido. Y lo hizo. El último ataque del tercer cuarto es prueba de ello.Con 55-67 atacaba con 14 segundos de posesión y 19 en el reloj del cuarto. Rogic buscó un ataque rápido asistiendo a Romero, parado en falta. El interior falló los dos tiros libres y con tiempo para armar el ataque Figueroa enchufó un triple que puso nervioso al Betis (58-67). Mala gestión y a remar.

El partido entró en el acto definitivo con nervios, miedos y errores por igual en ambos bandos, aunque con el verdiblancos más temerosos de ver cómo se le podía escapar de las manos esa necesaria victoria. Faltaba un líder que asumiera galones y por momentos lo hizo Polanco, aunque todavía debe coger el ritmo de competición. Por fortuna llegó tarde al partido el Melilla y el Betis sumó el primer triunfo de la temporada. Le costó cuando parecía que lo tenía más fácil de lo que al final fue, pero las victorias cuentan igual y el estreno debe servir para cargar de energía al grupo y convertir los miedos en confianza cara al resto de la temporada.

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