Claudia Escacena, la aspirante cigarrera al trono del pádel

La jugadora de La Puebla del Río se ha coronado como campeona del mundo sub 18 a pesar de haber disputado el torneo entre algodones debido a una lesión en el hombro

Claudia posa con el Mundial conseguido este mes en Reus.
Claudia posa con el Mundial conseguido este mes en Reus. / M.G.
Ángel Platero

20 de octubre 2025 - 16:01

Claudia Escacena Montero (La Puebla del Río, Sevilla, 2007) se confirmó como una de las grandes promesas del pádel a nivel Mundial tras conseguir la victoria en el FIP Júnior World Cup Champion, en el que fue la capitana de España y se convirtió en campeona mundial sub 18.

Competir al más alto nivel desde edades tan tempranas no le ha impedido sacar adelante sus estudios, aunque suponga una dificultad añadida: “El bachillerato lo he acabado este año, ha sido complejo de llevar porque cuando empiezas a viajar y a competir cada vez más lejos de casa tienes que faltar a muchas clases, pero con la ayuda de los profesores y con un sacrificio extra por mi parte lo he podido sacar”, comenta sobre compaginar deportes con los estudios, que los continúa con la carrera de derecho de manera online, lo que le facilita abarcar ambas cuestiones.

Sus primeras veces cogiendo la pala fue veraneando en una urbanización en Isla Canela, en la que había pistas de pádel y con cuatro años empezó su afición allí, y fue con siete años cuando empezó a competir en su pueblo, entrenada por Jesús Prósper, en un momento en el que también practicaba fútbol y no tenía decidido por cuál iba a decantarse. Posteriormente estuvo en ‘La Magia del Pádel’, en Coria del Río y desde los 10 años su entrenador es Pablo Loza, con el que lleva ocho años y espera “que sean muchísimos más”.

A medida que iba creciendo empezaba a competir a nivel autonómico y nacional y fue con 16 años cuando tienen lugar sus comienzos a nivel internacional, ya que hasta esa edad no se puede competir en categorías absolutas. Ese paso intercontinental de hace dos años le hizo tomarse el pádel de otra manera, siendo un punto de inflexión en su camino: “Fue un momento en el que te tienes que replantear si de verdad apostar por ser profesional y dedicarme a ello o tomarlo como era en ese momento un hobby”, y desde entonces puso toda la carne en el asador, entrenando y compitiendo al máximo, para lograr dedicarse profesionalmente a su pasión.

Recibir la licencia para poder competir a nivel absoluto le está permitiendo conocer países como China, que lo recuerda como “una experiencia increíble, es como si fuera otro mundo y poder competir en sitios así es alucinante; me lo llegan a decir hace unos años y no me lo creería”, comenta sobre unas experiencias en las que pudo hacer algo de turismo: “El tema de visitar la ciudad se hace algo arduo, porque entre que llegas y al día siguiente tienes que competir y demás es algo complicado, pero me dio tiempo a visitarlo y la verdad es que repetiría”.

"Hubo un momento en el que pensé que no podría terminarlo"

España es una de las potencias en el pádel a nivel mundial, lo que supone que las expectativas al Mundial fueran las de salir de allí como campeonas del mundo, aunque hubo un percance que añadió un extra de dificultad a dicho reto y es que se rompió el labrum del hombro en el primer partido del torneo contra Egipto tras chocar con el cristal del torneo. “Hubo un momento durante la semana que creía que no iba a poder terminarlo y fue muy emocionante poder acabar y ganar el torneo y gracias al fisio de la Federación he podido jugar”, comenta sobre una lesión que, si bien no le impidió jugar, si le impidió hacerlo en perfectas condiciones: “Hubo dos partidos que tuve que jugar casi con el brazo quieto y con dolor, por suerte era el hombro no dominante”.

En esos momentos cobraba aún más importancia si cabe la importancia de su compañera, la balear Sara Foguer. “Tengo que darle las gracias porque ha sido un apoyo esencial durante esta semana, cuando se tenía que meter en el centro para que yo no pudiera tocar la bola por el dolor lo ha hecho y también anímicamente me ha servido de apoyo emocional muchísimo”, valoraba sobre Sara, con la que fue subcampeona de España y venía compitiendo varios torneos y con la que afirma estar “muy cómoda”.

Para el tramo final del torneo pudo estar “más o menos en un 80%”, lo que no quitó que fueran los partidos más difíciles de sacar adelante: “Jugamos contra unas francesas (semifinales) que medían 1,90 metros y pico cada una, eran dos máquinas y hubo un momento que el partido estuvo reñido, pero pudimos sacarlo”.

Tras eliminar a las francesas la final llegaría contra Portugal, un partido en el que es inevitable sentir nervios: “Estaba bastante nerviosa, además mis padres vinieron a verme y en principio no iban a venir y que te estás jugando un campeonato del mundo; da igual a quién tengas enfrente que los nervios y las ganas de comerte la pista van a estar siempre, pero durante el partido incluso yo misma me sorprendí para bien por saber gestionar todas esas emociones”.

Y si la gestión fue positiva a nivel mental, en lo deportivo no se quedó atrás: “En el resultado no se vio tanto lo ajustado que fue el partido, hubo momentos de tensión y lo supimos solventar mejor nosotras, pero así fue muy bonito el partido”, recuerda del momento cumbre del campeonato.

"Aún no soy muy consciente, es algo que no llegas a interiorizar del todo nunca"

Ser campeón del mundo es, probablemente, lo más difícil que puede conseguir un deportista, y asimilar lo conseguido tampoco es sencillo. “Cuando gané hasta que no fui a abrazar a mi madre no era muy consciente de lo que acababa de hacer y aún no lo soy, realmente. Creo que es algo que cuesta asimilar y no lo llegas a interiorizar del todo nunca”.

Al orgullo de representar a España se suma el poder hacerlo con un excelente grupo: “Es la mejor semana que he vivido nunca a nivel de competición y es que coincido con el mejor equipo que podría haberse formado, había muy buen rollo y feeling que nunca había vivido y agradezco mucho el poder haber vivido esta experiencia”, comentaba sobre el buen ambiente que se generó con los entrenadores, cuerpo técnico y compañeros.

El principal objetivo de Claudia a corto plazo es recuperarse del hombro, ya que estará algunas semanas sin poder entrenar y no pierde el enfoque y la ambición sobre sus aspiraciones futuras a pesar de conseguir un éxito tan importante: “Es un premio, pero que no nos nuble del camino al que queremos llegar, que es consolidarnos un poco más en el circuito premium, en el circuito profesional y entrar en cuadros de competición”.

A pesar de su corta edad la consecución del mundial la sitúa en una posición referente para todos los jugadores que empiezan su camino en el pádel, por eso le pedimos un consejo para ellos: “Les diría que sigan sus sueños, que se entrenen con ilusión siempre y con ganas y que estén agradecidos siempre a la gente que les rodea y que les ayuda para que puedan entrenar. Que hay momentos de dudas porque yo cuando era pequeña tenía, pero que disfruten porque es lo principal”, concluía.

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