El cuento del ratón y la torre
Fazio y Acosta, inseparables en la concentración en Costa Ballena, quieren hacer historia con el Sevilla y superar los registros de argentinos como Diéguez, Scotta o Simeone
Que son jóvenes y argentinos, y que comparten la habitación. A simple vista, es lo único que une a Federico Fazio, 1,95 metros de futbolista de contención y clase, con Lautaro Acosta, apenas 1,68 de menudencia canchera. Uno quiere ser central y lo ponen de medio centro para que despliegue su presencia, su tranco y su elegancia. El otro es volante, extremo, mediapunta… Llámenlo como quieran, es un ratón, laucha en lengua mapuche. El dorsal 5 y el dorsal 10 en el juego argentino. Dos campeones del mundo sub 20 a las órdenes de Manolo Jiménez. Dos futbolistas de futuro. Dos peloteros que quieren hacer historia con el Sevilla y colocarse en lo más alto de la legión albiceleste de Nervión.
En el caso de Fazio, no se puede hablar tanto de futuro como de presente. La salida de Poulsen preocuparía mucho más si no estuviera el ex jugador de Ferro Carril Oeste, el club al que fue Scotta cuando dejó el Sevilla. "Fazio irrumpió en el Mundial sub 20 después de hacer un gran papel en el Sevilla Atlético y con lo que hizo el año pasado en el Sevilla creo que ha tenido una evolución impresionante", comenta el Laucha Acosta, que espera tener una similar evolución. Es futuro puro: "Allá jugaba como volante, en banda, por la derecha, por la izquierda, de mediapunta, y como delantero. Tiene mucha entrega y corre mucho, juega en muchas posiciones, es un jugador muy inteligente y se puede adaptar muy bien, le va a venir muy bien al Sevilla", augura Fazio.
Por edad, sus referencias argentinas en el Sevilla son Saviola y Maradona, que siempre dejó su marca indeleble allá donde estuvo. De oídas, conocen a Bertoni (71 partidos con el Sevilla), Simeone (73) o Scotta (120). El inolvidable Diéguez, que ostenta la marca de 235 partidos, les cae demasiado lejos. Pero ellos, más allá de los datos de hemeroteca, quieren hacer historia con el Sevilla. Por la juventud y la calidad de ambos, 21 años Fazio y 20 Acosta, tienen margen para hacerlo. "Estamos jugando acá en el Sevilla y esperamos seguir así, ojalá podamos marcar historia acá", dice Fazio con su pachorra. Acosta, fiel a su perfil fisonómico, es más rápido, un locuaz y expresivo látigo: "Ojalá pueda dejar alguna huella, dejar mi nombre en la historia y ganar un título. Si son ambas cosas, mucho mejor. Siempre quiero ganar. Disfruto no sólo jugando, sino más que nada ganando, es mi meta ganar algo y dejar una huella importante en el Sevilla".
Acosta tiene ese espíritu ganador imbuido desde chico en los argentinos, igual que Fazio. Van a los Juegos Olímpicos con la presión asumida y deseada de buscar el oro, "porque Argentina, juegue donde juegue, lo hace para salir campeón", comentan. Y esa cultura ganadora les puede ayudar en el Sevilla. "Esa mentalidad ganadora ya está impuesta en el equipo. Cuando juega el Sevilla es para ganar, ha salido quinto con diferencia de goles con el Atlético. No está nada mal, pero los muchachos están mal, te dicen que no ganamos nada. Esa mentalidad ya está puesta y esto me gustó mucho del grupo", dice el recién llegado Acosta.
Fazio cuenta con el aval de tener un peso específico en el equipo. "¿Con peso? No, por la edad que tengo, me faltan muchos años de experiencia", replica Fazio, que ejerce de padrino de Acosta, aunque su adaptación va sobre ruedas. "Es muy lindo todo. El clima me gusta, aunque hace más calor. Cuando uno viene de Argentina piensa que la gente en Europa es como más cerrada, más callada, y te encuentras con que la gente es muy simpática, muy abierta, hay mucho diálogo, la gente te habla. Y por ahí te cambia la perspectiva que tenía antes", dice Acosta.
El ex de Lanús, del que es hincha furibundo desde pequeño, ha preguntado por todo, según Fazio. "Por los compañeros, por la ciudad, por cómo era el grupo. Y, en fin, está muy interesado". ¿Y por los derbis? Acosta lleva en la sangre la cultura de la rivalidad. Los sentimientos de Fazio se dividen entre Ferro y Boca, pero su menudo compañero no comparte colores: "Yo soy de Lanús, es mi único equipo en Argentina. ¿El rival? Banfield, la última vez que lo nombro", responde entre risas. "Es verde y blanco y Lanús granate, así que…", añade Acosta, que ya tiene referencia de los derbis: "Me contaron que son muy lindos, que hay muchas expectativas, con mucha gente de lado a lado. Que se vive casi 20 días antes, que pese a que haya partidos en el medio se habla ya del clásico, el derbi como dicen ustedes. Aparte no hay violencia, que allá en Argentina... Y estoy con muchas ganas de entrar en la cancha, ya está ahí, en la tercera fecha".
Más rivalidades. Han conformado una collera albiceleste que recorta la distancia con la brasileña tras la marcha de Daniel: "Se está igualando la cosa con los brasileños, y ahí está Mosquera. Los suramericanos nos llevamos muy bien. No hay pique. Aquí hay jugadores de todos los países. El futbolista argentino se adapta a todos los juegos y por ahí a las diferentes culturas, por eso hay argentinos y brasileros por todo el mundo", relata Fazio, siempre con su cuajo. Ahí sí se distingue de Acosta: "Los argentinos hablamos, hablamos, él no parece. Y somos de Buenos Aires los dos. De padres distintos, eso sí", bromea Acosta. Mañana se van con la selección. Ahí se acaban las bromas. "Argentina siempre juega para salir campeón". Y el Sevilla anda en eso, según el Laucha.
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