Supercopa de españa

Del engaño al repaso (0-2)

  • El Sevilla domina sin remate al Barcelona para ser claramente superado en la segunda parte.

Sin esperar al Camp Nou el miércoles, al Sevilla se le escapó el otro título al que optaba antes de empezar la Liga en un debut oficial en el Sánchez-Pizjuán que supuso un golpe de realidad para un equipo con altas pretensiones pero, ahora mismo, sin demasiados argumentos. Más allá del resultado, al Barça le hizo falta muy poco para desarbolar a un rival en construcción (permanente) que domina pero no asusta.

La apuesta de Sampaoli por el balón duró 45 minutos, y en ese plazo se pudo ver quizás al Barcelona más ramplón que haya pisado Nervión en el siglo XXI. Que fuera por méritos del Sevilla no deja de ser, además, muy discutible. Como el Madrid en Noruega, esperando y a la contra. Arropadito. Tapándose. Físicamente con más chispa que los capitalinos, aguantar fue suficiente para tener la opción de decidir después.

Y eso que en 35 minutos la factura venía saliendo cara para los visitantes,  que habían perdido por lesión a Mathieu primero y a Iniesta después. Con calor, aunque algo menos de lo temido, se le podía hacer largo el partido en el Pizjuán. Nada de eso.

El dominio sevillista fue un engaño a la vista del espectador.  Como en la otra Supercopa, tener el balón lo tuvo, pero de tirar a puerta nada. Y sin crear peligro es imposible. Baste decir que la única parada de Bravo fue en un despeje que rebotó en Vitolo en el 75. No hay más preguntas, señoría.

Las buenas maneras del Sevilla, con Mercado debutando como improvisado y eficaz central, se transformaban en nada. Vietto, de nuevo, se quedó desconectado y la brillantez de Vitolo no fue suficiente. La impresión era, en efecto, un engaño a la vista, una impresión. 'Soleil levant'. Hasta que se le hizo la noche y se apagó la luz.

Fue volver de vestuarios y esa impresión se emborronó con colores oscuros y pinceladas de impaciencia en una grada muy sensible, exageradamente incluso, puede que por la frustración del martes sumada a la permanente reconstrucción de su equipo. Nada más regresar, Rico evitó por segunda vez el gol de Suárez,  pero la tercera ya no fue y, con Escudero lesionado en un encontronazo con el uruguayo y el Sevilla con 10  (Sarabia esperaba para entrar), Arda se la dejó de gol para que Suárez se ganara definitivamente la exacerbada enemistad de una grada que asistía con rabia al desplome del Sevilla, del que nunca se rinde.

A placer manejaba el Barça, el Sevilla desapareció y ni siquiera la entrada de Ben Yedder y Ganso revivió a un equipo ya muy tocado. El delantero francés, al menos, sí porfió a la zaga azulgrana. Y a la contra, sin duda, el descosido pudo ser de órdago si Sergio Rico, regular con los pies, excelente con las manos, no evita goles cantados de Messi, Sergi Roberto, etc.

Llegó la puntilla de Munir con el Barcelona ya abusando por el centro. El dibujo del Sevilla se había complicado por la lesión de Escudero (no había defensas en el banquillo y Mariano hizo de falso central sin balón para jugar con dos atrás con la posesión) y la acumulación de gente con talento arriba no terminó de exponer a Bravo. El Barcelona se cerró correctamente y, de paso, le dio un portazo a las ilusiones de un Sevilla de impresión notable de salida y finalización tan inexistente como sus opciones de comenzar la temporada con otro título.

Ficha técnica 

0 - Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Mercado, Rami, Escudero (Sarabia, min. 54); Kranevitter (Ganso, min. 69), N'Zonzi; Vitolo, Franco Vázquez, Kiyotake; y Vietto (Ben Yedder, min. 61). 

2 - FC Barcelona: Bravo; Sergi Roberto, Piqué, Mascherano, Mathieu (Digne, min. 27); Busquets, Iniesta (Denis, min. 35), Arda (Munir, min. 76), Rakitic; Messi y Suárez. 

Goles: 0-1, min. 54: Suárez. 0-2, min. 81: Munir. 

Árbitro: Jesús Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Mercado (min. 32), N'Zonzi (min. 70) y Mudo Vázquez (min. 78); y a los visitantes Busquets (min. 58) y Luis Suárez (min. 84). 

Incidencias: Partido de ida de la XXXIII edición de la Supercopa de España disputado en el Sánchez Pizjuán. Casi lleno, unos 45.000 espectadores. 

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