Un equipo en el escaparate

Aunque el Betis milite ahora en Segunda, buena parte de su plantilla sigue manteniendo una alta cotización en el mercado, o eso al menos se desprende de las diversas propuestas recibidas en las oficinas de Heliópolis en estas últimas semanas. Adán, Rennella, Jorge Molina, N'Diaye, Bruno... Todos estos jugadores y algunos más han estado en boca de intermediarios y representantes, aunque la respuesta siempre ha sido la misma negativa a traspasar en estos momentos a alguna de las piezas que se entienden como imprescindibles para abordar el objetivo del retorno a Primera.

La oferta más importante tenía a Adán como destinatario, aunque el meta, que la próxima semana cumple un año en el club verdiblanco, dejó claro desde el principio que por su cabeza sólo pasa ascender con el Betis. Un conjunto de la Championship, la segunda inglesa, estaba dispuesto a poner tres millones de euros encima de la mesa -la cifra de su cláusula de rescisión en Segunda- para llevárselo en este mes de enero, pero se encontró con la negativa de Adán, pese a que la propuesta aumentaba el salario que percibirá esta temporada.

La adaptación del portero tanto al club como a la ciudad ha sido perfecta y su única idea pasa por ayudar a volver a Primera División, lo que también llevaría aparejado un aumento de su ficha y de su cláusula.

Situaciones parecidas han sucedido con Rennella y Jorge Molina, aunque en el caso de ambos delanteros ha sido el club verdiblanco el que se ha negado a traspasarlos. Si algunos equipos de Primera ya preguntaron por sus situaciones -Granada, Levante y Almería entre ellos-, el Legia Varsovia puso 1,5 millones de euros encima de la mesa para contratar a Rennella, una cantidad insuficiente para que el Betis se pensara su traspaso. Si Mel ya ha dejado claro desde su llegada que el franco-italiano entra de lleno en sus planes, la dirección deportiva también apuesta por él tanto para la segunda vuelta del campeonato como ante el deseado retorno a Primera, en el que desempeñaría un rol importante.

En el caso de Jorge Molina, la llegada del preparador madrileño ha significado un giro total en su situación. De no contar para Julio Velázquez, que incluso colocó a Chuli por delante en sus preferencias, y de ganarse un sitio con Juan Merino, Mel le ha dado un lugar principal desde el primer día, lo que provocó que el alcoyano dejase a un lado las propuestas que su agente venía manejando, sobre todo una de un club extranjero que estaba dispuesto a pagar por llevarse cedido al delantero hasta el final de temporada.

Si por estos tres jugadores se han recibido propuestas concretas, al teléfono de la dirección deportiva ha llegado también el interés por otros jugadores de la plantilla que siguen en el escaparate pese a que no vienen realizando una buena temporada. Son los casos de N'Diaye, por quien el Betis realizó una apuesta el pasado verano y que confía en revalorizar en caso de ascenso, y del chileno Reyes, a quien renovó el pasado verano, después de que varios equipos italianos sondeasen su situación. En este mercado invernal, de nuevo se han dirigido al club verdiblanco, que, en principio, mantiene la confianza en el centrocampista, pese a que su rendimiento está siendo inferior al esperado.

Las irrupciones de Bruno, el central más destacado en las últimas jornadas y ya plenamente asentado en el once, y de Dani Ceballos, la perla de la cantera, tampoco han pasado desapercibidas para los ojeadores que acuden habitualmente a los encuentros del equipo verdiblanco, aunque el club ya ha dejado claro que cuenta con ambos en sus planes de futuro.

Si en este mercado invernal se espera a un Betis como protagonista de las incorporaciones -ya ha firmado como cedido con opción a compra al ex malaguista Portillo, se espera al central rayista Morcillo e incluso se estaría a la espera de una opción de última hora-, el vestuario verdiblanco también se encuentra dentro del escaparate de otros conjuntos. Eso sí, la entidad heliopolitana antepone el objetivo del ascenso a la posibilidad de hacer caja por algunos de sus efectivos, de ahí que la respuesta siempre haya sido una negativa a cualquier oferta.