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La garra charrúa como tarjeta de presentación

  • Cristóforo acepta el reto llegar a "un club muy grande como el Sevilla" para demostrar su fútbol.

El próximo 23 de agosto cumplirá 20 años y como regalo anticipado ayer tuvo su presentación oficial como jugador del Sevilla. Se trata de Sebastián Cristóforo, mediocampista de corte defensivo nacido en Montevideo que llega procedente de un clásico como Peñarol, donde ha eclosionado antes de sorprender en el reciente Mundial sub 20. Cristóforo, que cayó con la celeste en la final ante Francia por penaltis, asume su nuevo reto, el de demostrar su fútbol y su carácter en la Liga, con dos saltos en uno, el del charco y el de la edad.

El futbolista, que firmó ayer por cinco temporadas y tendrá una cláusula de 25 millones de euros, llega por 2,4 millones de euros. Peñarol se reserva el 20% de la plusvalía de un hipotético traspaso en ese lustro. "Llego a un club muy grande, como es el Sevilla. Es una apuesta importante muy buena para mí, para mi futuro. Estoy muy contento y con ganas de arrancar".

Cristóforo juega de cinco en la nomenclatura sudamericana. Es un pivote defensivo que llega con la tarjeta de presentación de la garra charrúa, adornada con una buena salida del balón y un marcado sentido de la anticipación. "En mi país me han comparado con el Ruso Pérez, por el tema de la garra charrúa. No me gusta definirme como jugador, prefiero que lo diga la gente. Lo que sí intento es dar lo mejor de mí mismo en la cancha y en cualquier posición para ayudar al equipo".

Según Monchi, no llega como sustituto de Medel. Cristóforo responde a una apuesta de futuro por un futbolista que apuntó muy buenas maneras en la cita de Turquía. "Sebas puede jugar en el medio campo en el doble pivote o incluso de pivote él solo por delante de la defensa. Es un jugador con buena salida del balón, bueno tácticamente y también en la marca y viene a sumar un poco más en esta plantilla". Así lo definió Monchi. Ahora debe adaptarse cuanto antes al cambio radical de clima, de ambiente y de ritmo y concepción de juego.

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