Olimpismo | juegos de invierno de pekín 2022

Un gesto sin efecto real en los Juegos

  • El boicot diplomático decretado por EEUU contra China quedará muy diluido dentro de la pandemia

Un saltador de esquí en las instalaciones olímpicas de Chongli, en China.

Un saltador de esquí en las instalaciones olímpicas de Chongli, en China. / europa press

El boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín 2022 decretado por Estados Unidos es un gesto político que no tendrá efecto alguno en el desarrollo de la competición, que se celebrará en las mismas condiciones de siempre para los deportistas y sus equipos.

Su única consecuencia, la ausencia de representantes del gobierno estadounidense en Pekín durante la quincena de los Juegos, quedará aún más diluida por la pandemia. Las restricciones de viaje y el formato burbuja que se impondrá a los participantes reducirá de forma significativa la presencia de autoridades, como ya sucedió en los Juegos de verano de Tokio, el pasado mes de julio.

El boicot, secundado de momento por Nueva Zelanda, supondrá que no se verá a ningún representante público de esos países en el palco del Estadio Nacional de Pekín cuando el 4 de febrero se inauguren los Juegos, ni tampoco el día 20 cuando se clausuren en El Nido.

La representación de Estados Unidos correrá a cargo de los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) de esa nacionalidad, actualmente dos, la ganadora de un bronce olímpico en remo Anita deFrantz y el presidente de la Federación Internacional de Tenis, David Haggerty. Hay una neozelandesa en la asamblea del COI, la subcampeona olímpica en ciclismo Sarah Walker.

En los Juegos de Tokio fue la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, quien encabezó la delegación de su país y participó en algunos encuentros con autoridades niponas y con el equipo olímpico. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y Jill Biden fueron las personalidades más destacadas en el palco del Estadio Olímpico, donde la presencia de dignatarios extranjeros se redujo al mínimo con motivo de la pandemia. Doug Emhoff, el marido de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, encabezó la delegación presidencial de su país en los Juegos Paralímpicos.

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, anunció este lunes el boicot diplomático de su país a los Juegos de Pekín debido al "genocidio y los crímenes contra la humanidad que persisten en Xinjiang, así como otros abusos de derechos humanos" en China. El día de la inauguración se dará la circunstancia de que sí estará en el palco el presidente ruso, Vladímir Putin, cuyo país está sancionado por el COI a competir sin autoridades, bandera ni himno por sus infracciones antidopaje. Pero Putin puede acudir si es invitado por su homólogo chino, como ha sido el caso. "Tengo previsto acudir", anunció el líder ruso.

El Kremlin pidió ayer tras conocer el boicot diplomático estadounidense que no se mezcle el deporte con la política.

En las últimas semanas la comunidad deportiva internacional ha mostrado igualmente su preocupación por la situación de la tenista china Peng Shuai, cuyo estado y paradero están en duda desde que denunció en una red social que había sufrido abusos sexuales por parte del ex viceprimer ministro chino Zhang Gaoli.

La respuesta del COI ante un caso en el que está implicada una deportista tres veces olímpica ha sido considerada por la WTA y por algunas asociaciones de deportistas demasiado tibia y encaminada a no importunar a China, un aliado económico y deportivo que en dos meses organizará los próximos Juegos.

Otro aspecto en el no parece haber interferido la decisión de la administración Biden es en la pretensión de Salt Lake City de volver a organizar los Juegos de invierno de 2030. Miembros de la candidatura se apresuraron a afirmar que, pese al boicot diplomático de su gobierno, ellos viajarán a Pekín con una pequeña delegación para aprender detalles organizativos y adquirir experiencia.

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