Una gran imagen
BARCELONA | betis· la crónica
Con el Betis muy bien puesto en cancha y bastante ordenado, una genialidad de Eto'o y otra de Messi volcaron la noche a favor de los locales · Tras el descanso mejoró el Betis y logró empatar tras habérsele birlado un penalti, recibiendo el tercer gol en un remate muy afortunado de Gudjohnsen
Tocó la proeza con ambas manos el Betis en el coliseo azulgrana y lo que parecía una misión imposible se tornó más que posible tras el descanso. Al final decidiría el afortunado gol de Gudjohnsen para romper unas tablas fruto de los goles de Eto'o en dos ocasiones, de Monzón y de José Mari. Fue un partido con dos caras, muy abierto en la primera con decisiva aparición de la calidad individual de los de Guardiola y de gran reacción bética en la segunda fase, incluido un claro penalti que Daudén ignoró en el área local.
Llega la cuarta jornada y, a pesar de que a la fuerza ahorcan y la necesidad es infinita, no se ve la hora de ganar. Está el Betis inmerso en esa cuesta empinada que el calendario brinda a todo hijo de vecino y el Betis no es menos. La cita es en el Camp Nou, un rodeo que se antoja inaccesible cuando las manecillas del reloj caminan hacia la hora de autos y ya se sabe que Chaparro opta por José Mari en detrimento de Pavone. Seguro que el trianero le ve más recorrido al ex sevillista y como las distancias en el Camp Nou son tan largas...
Al otro lado del campo, Guardiola decide darle un respiro a Puyol para que Martín Cáceres estrene titularidad formando supla defensiva con Márquez. Por lo demás, lo mejor de que dispone aun cuando Henry ocupe un lugar en el banco de la suplencia. ¿Pero es actualmente el francés de lo mejor que mora en Can Barça? Además, Pep se deja de productos de la Masía y mete en el centro del campo a dos futbolistas de tanto músculo como los africanos Toure Yaya y Keita.
Y en la inmensidad de la cancha blaugrana comparece un buen Betis, un más que digno equipo que, sin embargo, no puede luchar contra los elementos. Ese Betis que cuenta con un valladar por delante de la defensa y que presionaba todo lo arriba que le permitía el Barça se las tiene tiesas ante el coloso catalán, pero los elementos en forma de calidad individual van a estropearle la noche a partir del minuto diecisiete.
En uno de los innumerables ataques estáticos que prodigan estos herederos del dream team surge como un chispazo genial la calidad de Eto'o para dejar secos a Juanito con un quiebro y a Casto con un cañonazo alto inapelable. Y como los males suelen cabalgar en compañía, seis minutos después será Messi el que surja con un cambio de ritmo ante Fernando Vega, llegada a la línea de fondo y centro raso, fuerte y paralelo para que Eto'o, otra vez el camerunés, se adelante a Casto y le ponga la noche de cara a su equipo.
Pero el Betis, que está inmerso en un duelo de ida y vuelta en que sólo desnivela la calidad individual del enemigo, sigue con la cara alta y si Emana hubiese, a los veintiséis minutos, podido cristalizar una llegada enorme hasta las mismas barbas de Víctor Valdés, quizá la noche se hubiera animado antes. Pero el gol y el Betis andaban a esas alturas de la noche aún en trámites de divorcio.
Y al borde del descanso, una mala noticia. Mark González, que ha estado muy activo y dándole mucho que hacer a Alves, pide el cambio, Chaparro mira al banquillo y lo único que se le ocurre es darle cancha a Monzón, un defensa. En el descanso, el entrenador bético decide dejar a Emana en camerinos y saca a Damià, ¿sería pensando en la proximidad de la visita del Real Madrid? Lo cierto es que parecía pronto para prescindir del camerunés, pero quien la lleva debe entenderla.
Y lo que reaparece en escena es un Betis magnífico, un equipo que cimentado en el enorme oficio de Mehmet Aurelio va a dar un pasito, o dos adelante, para que el Barça retroceda y el Camp Nou empiece a inquietarse cuando José Mari se fabrica una llegada que no es gol por muy poco. Un cañonazo de Capi lo manda a córner Víctor como Dios le da a entender y al poco engancha Monzón una zurda que llega de lleno al mentón de un Barça desconocido, sin nada que ver con el del primer tiempo.
El Betis se muestra superior, Daudén no quiere líos y mira para otro sitio en un penalti de libro de Cáceres sobre Sergio García y un minuto después el propio Sergio verticaliza al hueco y José Mari anota con calidad. Una noche arruinada se endereza y el Betis se muestra majestuoso sobre la pradera barcelonista, pero...
Guardiola intenta cambiar las cosas a base de cambios y uno de ésos va a resultar trascendental. Cuando mejor está el Betis llega un golpe de infortunio nacido de una pifia del rival. Si Gudjohnsen le da de lleno cualquiera sabe dónde hubiese ido el balón, pero su pifia se convertiría en mortal para el Betis.
Una imagen estupenda ha ido dando el Betis desde la tarde aciaga del Recre. Anoche se repetía y a punto estuvo de que no sólo fuese la imagen. Se las tuvo tiesas con el Barça, se vuelve con un penalti escamoteado y con la sensación de que así, de esta manera, su curso no va a tener nada que ver con los tres anteriores, seguro que sí.
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