Deportes

La hora de los béticos

  • La infantería lleva semanas organizando sus protestas y se pronunciará con vehemencia ante la Real Sociedad. A las plataformas les corresponde propiciar un nuevo orden social.

La coincidencia casi unánime entre los medios de comunicación y los propios aficionados béticos de que el club ha perdido antes la dignidad que su primer equipo la categoría obliga a una profunda reflexión en todos los estamentos que hoy componen el Betis, pero sobre todo en uno que ha permanecido agazapado y ha adoptado una postura a veces cómoda y también, por qué no decirlo, expectante en ocasiones. Se trata de la afición, que bien no protestó porque esperaba un milagro, porque temía favorecer el regreso de Manuel Ruiz de Lopera o, simplemente, porque hubo momentos en que no supo a quién protestarle o no halló el día idóneo, que la coyuntura deportiva le ha hecho un gran favor este año a los moradores del palco.

Lorenzo Serra dijo en una ocasión, en el AVE de regreso de Madrid tras ganar el equipo la Copa del Rey, una frase que caló. "El Betis será lo que quiera Lopera", sentenció el entrenador de Sa Pobla, en referencia al crecimiento de la plantilla. Luego, él tuvo casi más responsabilidad que el propio Lopera en los fichajes que se hicieron, pero lo que sí hay que señalar es que los béticos, el 15 de junio de 2009, comenzaron a demostrar que Lopera no era el Betis. Y, desde entonces, el Betis es lo que han querido los béticos. Y así debería ser por siempre.

Nadie está promoviendo, un lustro después y con su herencia absolutamente reventada, otro 15-J, entre otras cosas porque los béticos de los plataformas, los denunciantes, no se hallan con fuerzas físicas ni morales para ello. Otra cosa sería calibrar si la ocasión es igual de grave que la de entonces como para generar una nueva manifestación en la calle.

Desde luego, quizá también porque la de hace cinco años queda reciente, lo que se promueve desde hace meses en los foros no va encaminado por ahí. Principalmente, los béticos de base, parte de esa infantería que se echó a la calle en número de casi 60.000 personas, lo que está promoviendo son protestas en el estadio y en sus alrededores para los días de los dos partidos que al primer equipo del Betis le restan por disputar en casa, el inmediato, frente a la Real Sociedad, el próximo sábado a las diez de la noche, y el siguiente, dos jornadas después, ante el Valladolid, coincidente con la Feria. La hora del primero y la fecha del segundo vuelven a jugar a favor de los mandamases, ya que la afluencia de público menguará, pero no hay más días antes de que finalice esta nigérrima temporada en verdiblanco.

Lógicamente, en las redes sociales, el bético se manifiesta de forma descontrolada, pero también hay iniciativas desde la moderación que al final son las que acaban cuajando. Sin duda, los principales destinatarios de las protestas son los consejeros, llamados siempre directiva por aquello de que suena mejor en cánticos y protestas. "Directiva dimisión", es la frase más repetida por una afición que ha llegado al convencimiento, como hace cinco años, de que los actuales mandatarios no pueden seguir ni un minuto más una vez expire la Liga o se consume el descenso.

Cierto que hace bien poco se celebró una Junta General Extraordinaria que debía haber servido al menos para introducir este camino, pero el nuevo administrador judicial, con su manejo del 51,34% de las acciones, se cerró en banda a cambios serios en la estructura verdiblanca.

Quizá por ello, el bético ha tomado conciencia de que Francisco Estepa es un simple tecnócrata puesto ahí por una juez que está alargando, de modo agonizante para el Betis, una instrucción que debería estar ya conclusa desde hace meses. "Alaya acaba ya", puede leerse también como propuesta elegante de protesta para el próximo sábado frente a la Real Sociedad.

La puerta de cristales, antes y después del partido, una concentración masiva en la explanada que impediría hasta el aparcamiento y, por supuesto, el interior del estadio son los lugares sondeados para que el bético pueda explayarse de una vez esta temporada y mostrar, por fin, que su postura aburguesada no ha sido por complicidad. Hasta gritos de "Pepe Mel, Pepe Mel" se podrían oír en estos dos partidos en casa, como sugieren muchos para hacerles ver a los consejeros -aunque José Antonio Bosch no estará en el palco a no ser que lo inviten y acepte- la trascendencia que decisión tan cruel e injusta ha tenido en el devenir deportivo de la entidad.

Así está hoy la fiel infantería bética, pero hace cinco años a esta movilización se le unió la gran labor de las asociaciones de béticos, que fueron las artífices de la gran revolución. Sin la labor de ellas, el 15-J no hubiera sido posible o su repercusión, sensiblemente menor.

A la fecha, sólo Por Nuestro Betis (PNB), que ya promovió la Junta Extraordinaria y que siempre se ha mostrado inconformista y crítico, tiene previsto sus próximos pasos. Sus directivos se van a reunir esta misma semana para tomar decisiones, amén de ver cómo marcha el proyecto que han encargado para un buen gobierno del club. De otro lado, siguen sin tener noticias de Estepa, por lo que podrían acordar solicitarse a la juez Mercedes Alaya su inmediata remoción. Varios de sus directivos están convencidos de la necesidad de la medida y de la promoción de un candidato bético y hombre de fútbol mientras culmina una judicialización que ya todo el beticismo juzga perniciosa.

Las otras dos plataformas, Béticos por el Villamarín (BxV) y la Liga de Juristas Béticos (LJB), siguen a la espera sin mover ficha, aunque estén ya en desacuerdo con el nuevo administrador y el consejo de administración. Un portavoz de la primera dijo ayer a este medio que aguardan a que Estepa mueva ficha.

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