Será porque ha dado con la tecla, será porque la conjunción de una plantilla con trece nuevos futbolistas necesitaba un tiempo, será porque el equipo se ha quitado un peso de encima al romper el gafe de no ganar fuera de casa... el hecho es que el Sevilla en los dos últimos meses justos de competición es el mejor equipo de Primera División junto con los dos clubes de Madrid, Real y Atlético. Una tabla que cerraría el actual colista, el Betis, con sólo dos puntos.

Con el borrón de la eliminación de Copa del Rey a manos de un Segunda B al margen, el equipo de Unai Emery está incluso más en forma que el Barcelona desde el 10 noviembre, fecha precisamente de la primera victoria a domicilio en más de un año del cuadro nervionense en competición liguera. Aquel feliz 1-3 logrado en Cornellà-El Prat ante el Espanyol marca un ascenso meteórico en la clasificación que llevó al Sevilla la pasada jornada a optar por primera vez a ocupar un puesto de zona de europea en toda la temporada. Luego eso no se dio porque ni Real Sociedad ni Villarreal pincharon en sus partidos, pero es un dato que esconde un importante mérito para un equipo llegó a estar colista tras la quinta jornada de Liga inmediatamente después de perder en Mestalla con el Valencia de Miroslav Djukic.

El Sevilla suma 16 puntos de los últimos 18 posibles y no es líder de esta hipotética clasificación que englobaría las jornadas transcurridas entre la decimotercera y la decimoctava por culpa del empate que cedió en el Sánchez-Pizjuán ante el Athletic después de adelantarse gracias a un gol de Alberto Moreno. Igualado a puntos con Real Madrid y Atlético, sólo en la diferencia de goles (la del Sevilla es +11) tienen mejores registros los equipos de Ancelotti (+17) y Simeone (+14). La derrota del Barcelona en San Mamés impide al equipo de Martino formar parte de un cuarteto que se ha quedado en trío y que cuenta con un punto más que otros dos equipos con muy buen son en los dos últimos meses, el mencionado Barcelona y la Real Sociedad.

El Sevilla no pierde en la Liga desde el 2 de noviembre. Fue aquel partido marcado por el error de Beto al entregarle un balón a Álex López. Desde entonces, Emery ha variado varias cosas en su equipo, empezando por esa manera de sacar el balón desde atrás que ya había provocado sustos y que propició el error del guardameta portugués.

El Sevilla, decimocuarto tras aquel 0-1 que provocó muchos nervios en Nervión y que llegó a hacer circular rumores de destitución del entrenador, puede decirse que tocó fondo. El técnico hizo algunas matizaciones en su esquema, entrando en liza dos futbolistas que han dado estabilidad al equipo, Iborra y Carriço. Al 1-3 de Cornellà le siguieron el 4-0 al Betis en una noche mágica para el sevillismo, otra victoria en Los Cármenes sobre Granada por 1-2, el único tropiezo ante el Athletic y -ya con el parón de Navidad por medio- otros dos triunfos incontestables, el tercero fuera de casa ante un rival directo como el Villarreal (1-2) y la exhibición en la visita del Getafe (3-0), en el mejor partido probablemente de la era Emery.

Estos números han hecho que el Sevilla ascienda en seis jornadas siete puestos en la clasificación y que mire el futuro con cierto optimismo, ya con las ideas más claras y una plantilla que va dando su verdadera medida de rendimiento. A los blancos les queda mañana un partido propicio para sumar la cuarta alegría consecutiva fuera de casa ante el Elche y afrontar con mucha más moral un atractivo duelo en el Calderón en la primera jornada de la segunda vuelta. Significaría hacer casi pleno en una fase clave de la temporada.