Los sevillistas salieron del Ramón Sánchez-Pizjuán el pasado domingo encaramados en una nueva ola de ilusión, la que ha llevado al club Gregorio Manzano bajo su manual de sensatez, y a esa ola se sube también José María del Nido, que ayer desveló algunas apetitosas claves de lo que se ha cocido en la trastienda durante estas semanas convulsas. Una convulsión que, a su juicio, demandaba un cambio en el banquillo: "Una de las pocas cosas en las que estábamos casi todos de acuerdo, y cuando hablo de casi todos es de afición, técnicos, críticos deportivos, subdirector general deportivo y presidente, era que al equipo le hacía falta un cambio, porque se veía en las últimas fechas que nos estábamos muriendo poco a poco, y eso era malo para el proyecto y fatídico para el Sevilla...", admitió Del Nido en la tertulia del programa Palabra de fútbol, de la radio oficial del club. Y ese giro, se dio antes de que el futuro europeo se pusiera casi imposible: "Necesitábamos esa victoria en Dortmund. Y ayer conseguimos que el equipo diera la mejor cara en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Hacía muchísimo tiempo que no veíamos bailar a las gradas", se congratuló el mandamás.

El principal responsable del club de Nervión reconoció que también desde la cúpula se inyectó esa presión que llegó a hacer insostenible la situación: "Todos hemos tenido un poco de culpa de la situación de presión a la que se ha visto sometido el grupo, porque si bien es verdad que no se estaba a la altura de lo que se presumía, tampoco era para descalificar a la plantilla y hablar de fin de ciclo o de que había jugadores acabados como Kanoute, que ayer hizo un partidazo... Ni cimas, ni simas. No vayamos a decir que por ganarle al Atlético tenemos la mejor plantilla de todos los tiempos ni que por perder en Alicante era la peor".

En este sentido, Del Nido volvió a defender algo que muchos discuten, que esta plantilla es la mejor que ha tenido el Sevilla contemporáneo. Y espera que Gregorio Manzano explote la amplitud de efectivos: "No sé dónde estaban los jugadores, pero, afortunadamente, desde que ha llegado Gregorio están en el terreno de juego y además con muchas variantes. Al Sevilla cuando le faltan tres o cuarto futbolistas sigue jugando igual, sigue teniendo potencial, es una realidad positiva para el Sevilla, que tiene fondo de armario. Creo que hemos vuelto a configurar una gran plantilla y espero verla durante mucho tiempo, que cuando el entrenador tenga que hacer tres o cuatro cambios los haga y no pase nada. Ayer faltaba el campeón del mundo Navas, el nueve de Brasil o el capitán de Serbia y el Sevilla arrolló en el amplio sentido deportivo de la palabra al Atlético de Madrid". Fue aún más lejos: "Zokora, Escudé y Dabo no tienen por qué jugarlo todo, hay una veintena de jugadores para dosificar".

No tuvo reparos el máximo mandatario en poner como ejemplo al que muchos, mientras los resultados no digan lo contrario, ven como una plantilla superior a la actual, la que ganó tres títulos en el año 2007: "Recordando al mejor Sevilla de los últimos tiempos, que fue el de Juande en el año que ganamos tres títulos, sin tener una plantilla de tanta altura, puede que mejor equipo, pero no una plantilla con tantos jugadores de tanto nivel, en aquel equipo se sentía importante todo el mundo. Juande era de los entrenadores que se autoimponía los cambios, entendía que el equipo necesitaba cuatro o seis cambios para que estuviera fresco, aunque no hubiera el mismo nivel competitivo".

Y si los blancos arrollaron a un rival directo por esas ansiadas plazas de Champions, fue sobre todo por la actitud. Por la mentalidad. Por la cabeza. Así lo ve el presidente sevillista: "La confianza que Manzano ha trasladado a los jugadores ha destapado el tarro de las esencias. Anímicamente los ha hecho más fuertes, como se vio en esos últimos 20 minutos en Alemania, donde supieron sufrir".

Reflejo de ese trabajo psicológico, a su juicio, fue la transformación de Romaric, que pasó de ser rechazado por la grada a ser despedido con aplausos por su notable partido ante el Atlético: "Recuperar a Romaric, un jugador que venía con la aureola de ser de los mejores medios centro creativos de Francia, es bueno para el Sevilla, sobre todo en una parte del terreno de juego donde estamos escuchando continuamente, quizás con razón, que el equipo no tiene su mejor arma en el centro del campo y ayer recuperamos al mejor Romaric. Recuperamos no sólo al futbolista, sino también a la persona. Además, vimos al mejor Renato, al que fichamos, al de la Copa América, al cinco que le da salida al balón desde atrás, que es la que muchos reclamaban hasta ahora".

Y es que también en la pizarra se vieron ya los primeros retoques del nuevo equipo técnico, aunque Del Nido considera que será ahora, con el paréntesis de dos semanas sin Liga, cuando Manzano se va a meter más en harina: "El equipo juega ahora más compacto, con no tantos metros entre la defensa y la delantera. Kanoute se incorpora a ser un medio más cuando el balón es del rival. No a la altura de Renato, pero sí en el medio".