La obsesión por mejorar

Marcelino es un hombre sensato. Ver a su equipo ganar no le hace cambiar su idea en la labor de construcción que está haciendo en el Sevilla. El asturiano reitera que aún hay muchas cosas que mejorar, pero que, evidentemente, los buenos resultados ayudan a hacer ese aprendizaje más llevadero. "Yo estoy enfadado cuando creo que el equipo puede hacer más de lo que realmente hace, sobre todo cuando se presenta una situación muy favorable, como fue la de Villarreal y no se finiquita ni se muestra quizá la ambición, la concentración ni la idea de ganar. Entonces, creo que en Villarreal, producto del buen juego, provocamos una situación muy favorable no finalizada y ése fue nuestro gran error. A partir de ahí sigo pensando lo mismo, seguimos teniendo un muy amplio margen de mejora. Por eso una victoria o una derrota no me modifican muchísimo los argumentos. Creo que para que un equipo sepamos si realmente mejora en aquello que creemos, se necesitan dinámicas más largas. Cuando vayan 6 u 8 partidos veremos si hemos sido capaces de tener una progresión adecuada, aunque luego de vez en cuando metamos una gambada".

La explicación de Marcelino no varía ni tras una victoria como la lograda ante la Real. "Terminé satisfecho porque el partido fue complicado, porque la Real vino muy replegada y no metimos un gol pronto. Pero no nos desesperamos, estuvimos con un dominio de la situación absoluto, tuvimos circulación, algunas pérdidas, pero un control del partido total y a pesar de no encontrar el gol el equipo no se desesperó, aunque tuvimos que cerrar el partido antes", explicó tras el entrenamiento de ayer.

No obstante, insistió en la idea de que aún queda camino por recorrer. "Nos falta un trayecto grande. Nos falta continuidad en las cosas que hacemos, pero creo que con la mejora de esos conceptos que estamos trabajando, sobre todo en el aspecto de continuidad, creo que el equipo va a ir a mejor. ¿Qué nos ayudaría? Pues si se logran resultados favorables nos va ayudar a adquirir eso con antelación".

Llegaba el turno para avisar sobre un rival, Osasuna, y un estadio siempre temido por los entrenadores, ¿por qué? "Porque los hechos lo demuestran. Es un equipo que juega con mucha intensidad, que el año pasado en mucho tiempo que contaron sus partidos por victorias, salvo con el Barça y en las últimas jornadas algún desliz. Sacan partido de ese campo, con un público entregado", indicó el de Careñes, que confirmó que, al tratarse de jornada intersemanal, hará cambios en el once: "Va a haber variaciones. No sabría decir cuántas, pero sí más de dos".

Por último, fue preguntado por el eterno rival y si lo ve como una amenaza. "Lo veo muy bien: tres partidos y victorias. Es pronto para hacer una valoración, pero no sé, el Betis tiene buena pinta", espetó.