El máximo goleador de la pasada temporada, Jorge Molina, tiene un espejo muy cercano en el que mirarse: Pepe Mel. Y es que las trayectorias de ambos tienen algunos aspectos semejantes, a lo que se une las ganas que tiene el delantero por convertirse en un ídolo de la afición bética, tal y como lo fue su entrenador. Para empezar, Mel está muy pendiente de sus delanteros en las sesiones de trabajo, en las que les insiste en los conceptos que pretende para el ataque. Y es que su pasado como goleador le hace más cercano a los puntas que tiene en la plantilla.

"Me aconseja y no sólo en el tema táctico de los movimientos del equipo sino como delantero", asegura Jorge Molina, que especifica aún más lo que les pide Mel tanto a él como a Rubén Castro: "Nos dice que disparemos a puerta, que cuando estemos ahí y tengamos la ocasión que chutemos. Para marcar hay que tirar, aunque, además, nos insiste en algunos movimientos para que tengamos ventaja respecto a los defensas".

Las trayectorias de Molina y Mel se han vuelto a cruzar, tal y como lo hicieran en el Benidorm. Precisamente, aprovechando la visita del Betis en el triangular del pasado domingo por la noche, la directiva local quiso homenajear a ambos, a los que hizo entrega de un recuerdo por su paso por el club. "Siempre es bonito que mantengan un buen recuerdo de ti", manifiesta Molina, que tiene claro que su reto para esta temporada pasa por repetir sus cifras de la pasada campaña, aunque con un objetivo más ambicioso para el colectivo. "Sobre todo el objetivo es el ascenso y luego que ojalá que mi temporada sea como la pasada, porque me salieron las cosas muy bien. Pero lo dicho, lo importante es que al final el Betis acabe en Primera", dice el delantero alicantino, que podría repetir lo conseguido por su técnico a finales de los ochenta. Entonces, el actual entrenador bético firmó por el Betis tras haber sido máximo goleador de Segunda con el Castellón, algo que repetiría más tarde luciendo la elástica verdiblanca.

Lo que sí tiene claro Jorge Molina es que esta temporada en el Betis puede ser la de su confirmación como un delantero importante, pese a que ya está cerca de la treintena. "Más vale tarde que nunca. Por suerte llevo años haciendo goles, pero quizás en Segunda B no tenga la misma repercusión. Quizás este año pasado, que me dieron la confianza en el Elche, he tenido la oportunidad de hacerlos y acabé muy contento", apunta Molina, a quien no le asusta la maldición que parece rodear en los últimos años al puesto de delantero centro en Heliópolis: "Ojalá pudiera acabar con esa maldición. Han pasado muy buenos jugadores, pero yo sólo tengo que intentar hacer mi trabajo y esperar que luego salga bien. Es más anecdótico que otra cosa, porque a mí no me afecta en nada. Es algo que está ahí, pero no le doy más importancia".

La pasada temporada Molina se marchó de Heliópolis entre aplausos, después de uno de sus mejores partidos del año. Ahora, el alicantino tiene ganas de que esos aplausos sean por los triunfos béticos. "A un jugador le gusta y le hace ilusión ver el campo del Betis como en los tres últimos partidos del año pasado. Incluso la pretemporada se hace un poco larga y estás deseando que llegue la Liga y competir cuanto antes", dice el ariete, que también cree que el comienzo de campeonato puede marcar el devenir del Betis: "Lo vimos el año pasado, que los equipos que empezaron bien tuvieron mucho ganado, como la Real o el Hércules, que cogieron ventaja y la administraron. Desde el principio empezaron arriba y luego es tener regularidad. Así es difícil que te recorten puntos. En una Liga tan larga siempre viene algún bache, por lo que hay que ser lo más regulares posible, lo más constantes y a partir de ahí llegarán los resultados". Palabra de Jorge Molina, que tiene en Mel a su mejor consejero.