La carrera de Pau Gasol, que este martes anunció su retirada del baloncesto a los 41 años, está llena de momentos memorables. Pero hay uno que ha quedado especialmente grabado en las retinas de los aficionados, por lo que fue y por lo que significó. Una de esas actuaciones que elevan a un jugador a la categoría de leyenda, pues en la historia reciente del baloncesto FIBA pocas exhibiciones similares se han visto a la protagonizada por el pívot de San Boi en las semifinales del Eurobasket 2015 frente a Francia.
La selección española, ya con la mochila repleta de medallas, fracasó en casa en el Mundial del año anterior con Orenga en el banquillo y algunos vaticinaban ya el declive de un equipo que aún tenía mucho que decir en la elite. Con Scariolo a los mandos y con las importantes bajas de Calderón, Ricky, Abrines y Marc Gasol, el equipo español parecía la víctima propicia para un combinado francés al alza, bronce en pasado Mundial y liderado por los NBA Tony Parker, Boris Diaw, Nicolas Batum y Rudy Gobert.
Pero enfrente estaba Pau Gasol. Un titán que ni el juego duro de Gobert, permitido por los árbitros, pudo frenar y que destrozó a Francia con 40 puntos y 11 rebotes, además de otras once faltas recibidas para ganar por 80-75. España apabulló a Lituania en la final y conquistó su tercer torneo continental, con Pau -cómo no- coronado como MVP de un campeonato del que fue máximo anotador. Así fue la gesta histórica de una auténtica leyenda de nuestro baloncesto.
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