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La pizarra de las urgencias

  • Los gallegos encadenan tres derrotas consecutivas y miran de reojo a los puestos de descenso. Víctor Fernández sigue sin dar con la tecla.

La afición del Deportivo sabe que tocará sufrir hasta la última jornada. Nada nuevo en el estadio de Riazor, acostumbrado en los últimos tiempos a ser testigo de los nervios y agonías que sufren aquellos que ven a su equipo vivir al filo del precipicio un año así y al otro también. Los blanquiazules difícilmente podrán tutear a los grandes de la Liga. Su lucha, como la de muchos otros, se libra en la zona roja de la tabla. De ahí que la goleada encajada ante el Real Madrid (2-8) resultara casi menos amarga que la derrota sufrida hace una semana, cuando el Almería se llevó los tres puntos en el descuento.

La victoria ante el Eibar (0-1) en la tercera jornada, otrora considerada la prueba de que el conjunto deportivista cogía rodaje, se antoja ahora un espejismo. Desde entonces, los gallegos cuentan sus partidos por derrotas y un exiguo botín de cuatro puntos se traduce en el tercer peor arranque liguero de su historia. Sólo en las campañas de 2010-11 (tres puntos) y 1966-67 (un punto) las cifras invitaban aun más al pesimismo.

sin balón

Las urgencias rodean a un Víctor Fernández que, pese a diseñar distintas estrategias, no logra recoger todo lo que cree sembrar. El 4-1-4-1 que le dio el triunfo en Ipurua, con Laure, Medunjanin, Domínguez y Cavaleiro asociándose con Postiga, mutó en 4-2-3-1 ante el Almería. Y por mucho que lo intentaron Bergantiños y, sobre todo, Medunjanin, siempre atento a las jugadas a la contra para mantener el orden, ambos acabaron convirtiéndose en una isla, penalizados por una defensa que con frecuencia perdía el sitio y una infructuosa línea ofensiva.

Es precisamente en la zaga donde se suceden los errores y se palpan las carencias. Sidnei aún está adaptándose, para lo cual necesita mirarse en el espejo de Lopo. Pero si éste falla, casi nadie acude en auxilio. La presión, en ocasiones demasiado dura y penalizada con las pertinentes amarillas, es el remedio de última hora frenar al rival. Lux alterna paradas de calidad con errores clamorosos.

con balón

Al Deportivo le cuesta sacar la pelota en corto. Titubea en los pases y corre riesgos innecesarios. La calma, relativa, no llega hasta que se rebasa el centro del campo, donde brilla Medunjanin, ya incrustado en la línea de cuatro o como doble pivote junto a Bergantiños en la retaguardia. Juanfran, dueño de la banda derecha desde hace varias jornadas, crea peligro al asociarse con Cuenca y Fariña, ávidos, sobre todo el primero, a la hora de aproximarse al área rival por el centro. Postiga, aún sin estrenar su cuenta goleadora, actúa como eficaz asistente, demostrando que mantiene su instinto para estar en el sitio oportuno en el momento adecuado.

Pero la baja por lesión de Postiga y Cuenca obligará a Fernández a tocar, otra vez, su esquema.

lo mejor

Circulación en el centro del campo y velocidad por el lateral derecho.

lo peor

Errores defensivos por la pérdida del sitio y el lento repliegue.

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