Una reacción sin emoción
Granada - sevilla · el otro partido
El sevillismo asistió a la remontada con menos 'glamour' tras dos episodios heroicos ante Barça y Zenit Granada, cita sin brillo y con suma.
Quien ha jugado al fútbol a alto nivel, o a lo más parecido que pueda existir a lo que hoy juega el Sevilla, podrá entender que después de partidos grandiosos ante dos rivales de fuste como Barcelona y Zenit, mantener el nivel de excitación no resulta fácil. El nivel de excitación a lo mejor puede no ser algo muy importante en un partido aislado, pero puede tener su cota de incidencia en una secuencia determinada de la competición.
Controlar las emociones, no perder el control y mantener el nivel exigencia no es tan fácil como parece desde fuera, aunque equipos como el Sevilla no deberían dejar escapar la ocasión de enfrentarse a rivales en situación de derribo, como se encontraba el Granada antes de recibir la visita del Sevilla. O continúa.
Lo que no le falla al Sevilla es su afición. Siempre tendrá razón. Capaz de agotar todas la entradas posibles para ir un domingo de preferia a Granada, sorprende quizá la floja entrada que el jueves ante el Zenit se registró en el Sánchez-Pizjuán. Quizá fue una lección. Pese a tratarse de unos de cuartos de final de la Europa League a lo mejor no era aún el momento de cobrar un suplemento por entrada a cada abonado, aunque los responsables sabrán sus cuentas.
En lo que a nivel deportivo le interesa a Unai Emery, en el Nuevo Los Cármenes hubo de todo. Momentos para perderse -tambien algo normal si había en el once inicial jugadores no habituales- y también instantes para la reacción. Empieza a ser normal que el cuadro nervionense reaccione en las segundas partes, pero tampoco habría que buscar claves empíricas a esa remontada que, eso sí, se ha producido en los tres últimos partidos oficiales disputado por los blancos. Si Barcelona, Zenit y Granada llegaron a superar a los sevillistas en fases importantes y decisivas del juego aunque fuera en situaciones transitorias, el cómputo global favorece a los de Emery, que no pierden ni en casa ni fuera.
El modelo sigue vigente. Los futbolistas interpretan el estilo y el Sevilla sigue su camino. Sufrir cuando hay que sufrir, hacer kilómetros cuando hay que hacerlos y hacer turismo cuando se impone disfrutar del desplazamiento. En las puertas está San Petersburgo, una de las joyas que esconde esta competición tan vinculada al Sevilla, para gozo de los suyos.
El sevillismo dio otra demostración de saber estar.Como su equipo, dio otra muestra de tener la situación dominada. Sin sobresaltos. Si hay que ganar se gana, si hay que ir a Rusia a empatar, se empata, si al Barça hay que ganarle se le gana, o al Zenit, y al Granada... pues tocó empate.
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