Una realidad tangible es más realidad

Las cifras del histórico Sevilla de Emery otorgan la verdadera dimensión del trabajo del vasco. La voracidad de éxitos, clave para su continuo crecimiento.

Emery alecciona a Coke en el entrenamiento de ayer en presencia del canterano Beto. / José Ángel García
Emery alecciona a Coke en el entrenamiento de ayer en presencia del canterano Beto. / José Ángel García
Jesús Alba, Sevilla

20 de enero 2015 - 07:12

Si había poco lugar a las dudas, si aún quedaba una legión de insatisfechos que demandaba adobar los triunfos con un fútbol más vistoso, los acontecimientos de la última semana han conseguido que el sevillismo acabe de captar la verdadera dimensión de lo que está consiguiendo el grupo de personas que integra el cuerpo técnico que encabeza Unai Emery al frente de la primera plantilla del Sevilla.

Con un partido aún por jugar ante el líder en el Santiago Bernabéu, en el que será dificil puntuar pero que sólo lo podrá disputar el Sevilla -y no el resto-, los 39 puntos que ha logrado sumar este equipo para cerrar la primera vuelta han servido para entrar en la historia. El de Emery es ya el mejor Sevilla de todos los tiempos, mejor incluso que el que peleó por el título de Liga de la mano de Juande Ramos, algo que el brutal desequilibrio actual en el reparto de los beneficios económicos de los derechos de televisión se ha encargado de restar relación directa entre la puntuación y la trascendencia en la tabla clasificatoria. El cuarto puesto que ostenta hoy el Sevilla es también el más caro de la historia de la Liga, igual que el quinto que tiene el Valencia y el sexto en el que figura el Villarreal. Nunca un cuarto clasificado acabó la primera vuelta con 39 puntos. Sí ocurrió en dos campañas, la 95-96 y la 96-97, pero era un torneo de 22 equipos (por las consecuencias del descenso administrativo de Sevilla y Celta) y Barcelona y Deportivo sumaron también 39 pero con 21 encuentros disputados.

Mezcla de Jiménez y Juande

Emery, un enfermo del trabajo, ha marcado su propio estilo en un Sevilla que llama la atención por la intensidad con la que se emplea en el campo y su tremenda resolución en ataque. Sus números han superado a los de dos campañas que marcaron época, la 06-07 de Juande Ramos y la 08-09 de Manolo Jiménez. Y puede decirse que el actual Sevilla tiene cosas de ambos. Una disposición defensiva, aunque distinta a la del equipo de Jiménez, muy equilibrada y un abanico de automatismos en ataque que a veces recuerda el aluvión ofensivo del cuadro de Juande que se comía a sus rivales por intensidad y calidad de sus figuras. La diferencia está en la variedad de los registros que ahora maneja.

Y los números lo dicen. Emery acaba de superar varias marcas en poder de estos entrenadores que dan una muestra del crecimiento experimentado por un grupo que no se ha debilitado pese a aceptar traspasos millonarios de jugadores como Rakitic, sobre todo él, Alberto Moreno y Fazio.

El actual Sevilla, que sólo ha perdido esta temporada en plazas de primera como el Camp Nou, el Vicente Calderón y San Mamés, es el único equipo de Primera División que permanece imbatido en su casa. Esa fiabilidad defensiva le da, por ejemplo, para no recibir ni una sola ocasión de gol en el último partido ante el Málaga o para permanecer más de 500 minutos sin recibir un tanto en la Liga, cinco jornadas y media desde el último encajado por Beto, de penalti en el minuto 42 del Sevilla-Granada, encuentro en el que los de Emery golearon por 5-1. La última vez que el Sevilla permaneció cinco jornadas sin recibir un gol fue con Jiménez en la temporada 08-09 con un mito como Palop defendiendo la portería sevillista.

El Sevilla, además, está a punto de cumplir un año sin perder en su estadio en la Liga. Fue el 10 de febrero en la visita del Barça (1-4). Tomando como referencia cualquier partido oficial, el pasado domingo,con la victoria sobre el Málaga, superó la marca de Juande y fijó en 23 los encuentros de imbatibilidad de los blancos. El 13 de marzo fue la última vez que los sevillistas vieron perder a su equipo en el partido de ida de una eliminatoria histórica de Europa League ante el Betis (0-2) que después superaría en la vuelta disputada en Heliópolis. Lo que sucedió después, con el colofón en Turín, no hace falta ni recordarlo.

Lo mejor, el inconformismo

Quizá el secreto de Emery está en su tremenda voracidad de éxitos. Si el entrenador vasco ha llegado con su grupo hasta aquí ha sido a base de no frenar en su exigencia. Basta recordar sus palabras justo después de derrotar al Málaga y certificar la consecución de los 39 puntos para insistir en un nuevo reto. "Estos tres puntos nos hacen estar satisfechos para continuar", dijo. Esta postura de linealidad ha sido también la que ha permitido que el Sevilla no se arrugara en momentos de dudas. Es uno de los mandamientos de un buen director de equipo: minimizar los éxitos y desdramatizar los fracasos. En este sentido, el convencimimiento en una línea de trabajo y el saber aislarse de las corrientes del entorno con la ayuda del trabajo han sido los pilares sobre los que se apoyaron Emery y su equipo de trabajo.

Esa misma ambición fue la que llevó al Sevilla en la pasada campaña desde el pozo del farolillo rojo en la quinta jornada hasta una nueva clasificación europea y a creerse que podía ganar un título, como así lo acabó haciendo.

La gestión de los recursos por parte del entrenador de Fuenterrabía puede considerarse de matrícula de honor y el sevillismo, ahora que los resultados lucen porque son tangibles y se pueden contabilizar en números, empieza a reconocerlo. La mejor noticia para unos y otros, para aficionados y profesionales, es que se aprecia un margen de mejora con futbolistas en fase aún de crecimiento, hacia lo máximo, pero de crecimiento.

Los números

39 puntos. Un récord histórico que significa la mejor primera vuelta, superando los 38 de la Liga 06-07 con Juande con un partido aún por jugar. El Sevilla, además, es el cuarto clasificado con más puntuación de la historia de la Liga española.

503 minutos sin recibir gol. El Sevilla no recibe un gol en contra, de penalti, desde el minuto 42 de la visita a Nervión del Granada (5-1), más de cinco partidos y medio. Además, dejó la puerta a cero en 8 de 18 encuentros.

18 jornadas invicto en casa. El 10 de febrero de 2014 perdió el Sevilla su último partido liguero en casa. Fue ante el Barcelona (1-4) en la jornada 23 de la pasada campaña. En ésta, el de Emery es el único equipo que no ha caído como local.

23 duelos oficiales sin perder. Desde el 0-2 con el Betis del pasado 13 de marzo en la Liga Europa, el Sevilla ha enlazado 23 partidos sin perder en el Sánchez-Pizjuán, algo que no conseguía desde 1981.

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