Pocas conclusiones se pueden sacar de la victoria del Sevilla a domicilio ante el Eibar (1-3) por su superioridad y contundencia. Dos goles de Bacca dejaron por delante 75 minutos en los que los de Unai Emery especularon con el marcador para ahorrar la mayor cantidad de fuerza posible para la visita del Real Madrid del sábado. Lo que sí empieza a ser sintomático en las últimas jornadas de Liga es que Emery, consciente de que la exigencia de los dos retos del equipo en este último tramo de temporada necesita de casi toda la plantilla, está empezando a contar de nuevo con hombres hasta hace poco en el ostracismo.

Es el caso, por ejemplo, de Arribas y Aspas, que, por un motivo u otro, han contado muy poco en la segunda vuelta sevillista. Al primero le penalizó su desastroso partido ante la Real Sociedad, en el que el Sevilla acabó perdiendo 4-3 cuando había remontado en Anoeta. Al segundo, que se lesionó ante el Getafe cuando parecía haberse ganado un sitio junto a Bacca, le han pasado factura sus desplantes al técnico a pie de banda una vez recuperado. Ambos han vuelto a ejercer de titulares ante el Eibar y han cumplido en un encuentro que les viene muy bien para sentirse importantes y entrar en la dinámica competitiva.

El gallego, que después de muchas jornadas ya había disfrutado de algunos minutos ante el Rayo Vallecano en casa, estuvo incisivo, pero sin ritmo. Estropeó un par de contras con pases imprecisos, uno a Aléix Vidal por la izquierda y otro muy adelantado a Bacca con la derecha cuando hubiera sido más peligroso que continuara con la pelota. Luego, contra todo pronóstico, salió del campo en el 15 de la segunda mitad por Gameiro cuando el colombiano corría el riesgo de perderse el partido del sábado ante el Real Madrid si veía amarilla. La delantera está bien cubierta con dos hombres de la talla de Bacca y Gameiro, que además llegan al tramo final de la temporada en su  mejor nivel y haciendo goles decisivos, pero Aspas aporta una frescura diferente y complementa muy bien a ambos, por lo que no está de más recuperarlo y enchufarlo para tener otra opción y rotar en Liga.

El caso de Arribas es diferente. Su nivel está por debajo del resto de la plantilla y un cúmulo de errores de bulto (directos e indirectos) en tres tantos ante la Real Sociedad le hicieron perder la confianza de Emery, para el que nunca fue titular, pero al que sí le estaba sirviendo incluso por delante de Kolo para remendar el equipo por lesiones puntuales de los indiscutibles Pareja y Carriço. Desde febrero ha sido irrelevante para el técnico, que necesita devolverle protagonismo ante la lesión grave de Pareja pese a que Kolo se haya hecho con su puesto. Ante los vascos estuvo más que correcto. Sobre todo cuando el Eibar apretó tras el desaguisado del gol local en un saque de esquina. Cierto que el mejor recurso del Eibar en ataque es el juego aéreo, el fuerte del ex central de Osasuna, que estuvo impecable en ese aspecto y bastante bien por abajo para estar fuera de la competición desde hace dos meses. Incluso tuvo protagonismo en el segundo gol provocando el fallo de Irureta en un balón colgado que acabó empujando Bacca. Le hacía falta un partido como este para salir del bache y estar ahí como una opción solvente para lo que necesite el equipo cuando falta la pieza clave de la defensa.

La dulzura del momento por el que pasa el Sevilla le permite hacer cosas como estas. Si se quiere alcanzar los objetivos de la clasificación de Champions y el título de la Liga Europa se necesita a toda la plantilla a buen nivel. Incluso a Deulofeu, fuera de la convocatoria de nuevo tras su fugaz aparición frente al Rayo, y al que tampoco estaría mal recuperar.

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