sevilla-real sociedad

Entre la redención y la psicosis

  • Los de Emery deben sacar renta de la inercia positiva que le dan dos triunfos seguidos para eliminar las dudas La Real, fiero y directo rival

Aún con los muchos miedos que amedrentan a sus aficionados en cada víspera de un partido de mediana importancia, el Sevilla está en un momento propicio para engancharse al buen camino, ése que acabe por conciliar a afición y entrenador de un desencuentro que parece no tener fin ni con victorias como las dos que el Sevilla ha sumado en menos de una semana.

Todavía queda mucho por mejorar, el fútbol y los resultados tienen que cambiar para que la afición mire con otros ojos a Unai Emery, pero no hay que negar que el momento es el idóneo. Después de bastante tiempo de muy malos tragos, el Sevilla ha logrado enlazar dos triunfos seguidos, uno en la Liga ante el Rayo Vallecano y otro de una gran trascendencia al significar el pase a los octavos de final de la UEFA Europa League, donde los blancos se encontrarán a un inesperado rival, el Betis.

La visita de la Real Sociedad, un duelo tan duro como oportuno para muchas cosas, supone para los nervionenses la oportunidad perfecta para la redención. Es verdad que es un arma de un doble filo muy afilado por el peligro que trae el equipo donostiarra debido a su excepcional balance defensivo, pero digamos que también hay que mirar el lado positivo de las cosas y el Sevilla ante rivales de mayor peso ha propuesto situaciones bastante interesantes de juego, aunque, por una cuestión u otra, no tuvieron la gestión adecuada para que darles vigencia.

El Sevilla ha ganado dos partidos consecutivos después de una pésima racha que le hizo descolgarse de los seis primeros puestos. Pero acumula dos meses aún sin ganar en el Sánchez-Pizjuán en la Liga (desde el 3-0 al Getafe el 5 de enero), lo que supone para los de Emery el mayor conflicto para un proyecto que si no se restaura a tiempo corre el riesgo de caer en la ruina. Ocho jornadas sin ganar en casa son muchas para un equipo con aspiraciones y presupuesto más ambiciosos que la tercera parte de los equipos de la Liga BBVA. Y aunque la séptima plaza ha conseguido el salvoconducto para Europa, la distancia que el Sevilla ha dejado ir a sus rivales por ese objetivo europeo es todavía muy amplia. Real Sociedad y Villarreal están a ocho puntos y eso hace que para los de Emery el partido de hoy sea de algo más que de tres puntos. Se trata de un encuentro con capacidad para encender la mecha de la ilusión de nuevo o de volver a sembrar el desánimo, puesto que incluso en las victorias ciertas decisiones de Emery han puesto en entredicho de cara a la afición la figura del entrenador.

De sus decisiones se le afea todo. Ya no es la posición de Rakitic, sino también su falta de descanso, las salidas del once de Iborra sin justificación (hoy, sancionado, sí la tiene), el empecinamiento con Cheryshev o Pareja... Lógicamente, todas estas cuestiones adquieren una dimensión distinta en la derrota que en la victoria, pero lo cierto es que las dudas no se van porque el equipo no ofrece bases para la fiabilidad, sobre todo desde el punto de vista defensivo, algo inquietante además cuando el adversario es un equipo que trae su mayor registro de goles desde los años setenta, superior incluso a las dos temporadas en las que fue campeón de Liga.

Todo es una mezcla de sensaciones. No hay confianza en el equipo, pero sí hay conciencia de su potencial. La afición entiende que basta con una mejor gestión de los recursos que no deje tantas cosas en el aire. Además, se trata de un momento crucial en la temporada en la que se impone olvidar todos los pecados cometidos hasta la fecha y dejarse llevar por una inercia positiva que acabe en la redención. Pero cuesta tanto enterrar esa psicosis instalada en el sevillismo...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios