Francisco Díaz pizarro jugador de billar

Todo un referente del taco y el tapete

¿Quién no ha pasado alguna tarde jugando al billar?, ¿quién no ha presumido ante sus amigos de poder hacer un tiro perfecto? Aunque después el alarde se desinflara pronto por culpa de un golpe flojo y desviado que empujó la negra antes de tiempo, para regocijo de los que rodeaban la mesa y entre bromas auguraban el fallo antes siquiera de quitar el triángulo.

Pues así, por diversión, empezó la aventura de Francisco Díaz Pizarro. Corría el año 1991 cuando el sevillano se fue a Benalmádena y participó en varios torneos de aficionados. Poco a poco se dio cuenta de que reunía habilidades para destacar: buen pulso, control de los nervios y visión de juego, con lo que, de manera autodidacta, optó por cambiar la mesa amateur -"de dos metros por uno, la que todos hemos visto alguna vez", explica-, por la profesional, "de dos y medio por uno y pico", disputando en 1992 su primer campeonato nacional: "Fue en Lloret de Mar (Barcelona). Tenía 14 años y gané. No me lo esperaba, aquello fue increíble. En 20 años he conseguido muchos títulos, pero como el primero ninguno, porque ese triunfo me hizo engancharme al billar por completo", señala Francisco.

Lloret de Mar fue el punto de partida de una prolija trayectoria, con muchos certámenes y campeonatos engrosando su palmarés. "En dos décadas, sumando torneos nacionales e internacionales, he ganado unos 500 títulos". Entre sus éxitos más recientes, el circuito nacional de la Copa de España que conquistó en 2011 y 2013, y que espera revalidar en 2014: "Ya se ha disputado una prueba y la gané. El que consiga el título recibirá una ayuda de la Federación Española para acudir al circuito europeo".

El hispalense también se impuso en el campeonato de España de Bola 9, una especialidad basada en la rotación. "Los dos competidores juegan con las mismas bolas y éstas se tienen que ir metiendo en orden ascendente, siendo la última la nueve. Es una variante más complicada que la de Bola 8, que es el juego de billar de toda la vida, el de las bolas lisas y las de rayas", explica.

Y qué no decir de sus trece viajes a Las Vegas para asistir a torneos amateurs, en los que se alzó con el triunfo en cinco ocasiones, tanto individual como por equipos. "Se reúnen unos 8.000 jugadores. Es una experiencia increíble, aunque después de ir tantas veces no sorprende igual", revela.

Díaz Pizarro representó también a España en el Europeo de 2012, colgándose el oro, individual y por equipos, de Bola 9 y la medalla de bronce en Bola 8. Tales registros lo convierten en el único español que ha logrado un botín de tres preseas en una cita europea. De ahí que el Comité Olímpico Español lo recompensara con la medalla de plata ese mismo año, incluyéndolo, además, en el listado de deportistas de alto nivel del Consejo Superior de Deportes.

El sevillano no duda de que el billar sea un deporte, "de exhibición, sí, pero un deporte al fin y al cabo". Entrena todos los días dos horas y algo más cuando se avecina un campeonato. Reconoce que no es un juego barato: "Sin contar la mesa, un equipo completo de palos y tacos puede costar unos 500 euros, y los hay mucho más caros, por supuesto". A eso hay que sumar los desplazamientos.

Sin ayudas de ningún tipo por parte de la Federación Andaluza, el jugador, de 36 años, se financia con lo el dinero que ingresa en premios y gracias a los patrocinadores. "Tiger y Kamuy me dan material a cambio de llevar sus parches en mi ropa. Toda fuente de ingresos siempre es bien recibida", declara.

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