El riesgo de jugar con fuego

El despropósito desde la llegada de los nuevos propietarios puede vivir como último capítulo la prohibición a Roth de hablar en los tiempos muertos.

Scott Roth hace unas indicaciones en uno de los entrenamientos recientes en San Pablo.
Scott Roth hace unas indicaciones en uno de los entrenamientos recientes en San Pablo.
Juan De La Huerga

Sevilla, 28 de octubre 2014 - 05:02

Atribuyen a Oscar Wilde una frase que reza algo así como que la única ventaja de jugar con fuego es que uno aprende a no quemarse. Que el ilustre escritor dublinés lo lograra no significa que todos puedan esquivar la hoguera. En poco más de cuatro meses las dudas que ofrecía el nuevo proyecto del CB Sevilla se han hecho carne y no hay demasiadas vías para extinguir las llamas. Tal como plantearon los propietarios el futuro fue creciendo paulatinamente el porcentaje de riesgo, llegando a ser altísimo en estos momentos.

No tenía sentido remover un negocio que en lo deportivo iba de maravilla salvo que el interés propio estuviera en el tráfico, en el movimiento de fichajes que generara dinero, al menos en forma de comisiones. Como dicen los estadounidenses, es muy posible que los dueños que pactaron la compraventa con Caixabank pensaran que la situación era win-win, es decir, nada que perder y todo que ganar al aterrizar en un club que no sólo había sido regalado, sino que el vendedor seguiría ligado durante tres campañas inyectando dinero. Pero pronto se han dado cuenta estos rectores de que aquí sólo valen los resultados deportivos y, aun así, la rentabilidad del producto no estaría garantizada.

Casi ninguna de las decisiones tomadas este verano parecían lógicas y a las primeras de cambio asoman los problemas y las vías de agua se abren por todos lados en el casco del barco. Ni las instituciones echan ya una mano, ni la contratación del entrenador fue la adecuada, ni el despido de jugadores ni varios fichajes. Todas las cosas mundanas tienen arreglo en esta vida, pero desde luego la papeleta se antoja complicada por más que desde las redes sociales traten los responsables del desaguisado de aplacar la indignación de la hinchada, que, mucha o poca, siente y padece por este club que va camino de los 30 años de vigencia.

Según apunta Efe, el CB Sevilla, que aún no se ha cruzado con seis de los siete equipos que lo acompañaron en el último play off de la ACB, puede protagonizar su peor arranque liguero de la historia en caso de derrota en Bilbao el próximo sábado, tras igualarlo con el tropiezo en Murcia. El panorama en lo deportivo está que arde por el riesgo de jugar con fuego y empezar a tener la mano achicharrada.

Las noticias respecto al entrenador, cuya filosofía individualista tampoco ha dado frutos y por algo en Europa la opción general pasa por jugar en equipo, empeoraron el pasado viernes, cuando la ACB, a expensas de una queja de la Asociación de Entrenadores (AEEB), le retiró la licencia de ayudante a Scott, que ahora es auxiliar. Eso puede implicar que dentro de poco ni siquiera pueda dar instrucciones en los tiempos muertos de los encuentros, pues algunos organismos están realizando estudios jurídicos para impedir que ni siquiera pueda hablar en los parones. Siendo la situación ya surrealista, puede ser de traca como tenga que estar callado en el banquillo. Por jugar con fuego.

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