La caída de pedidos de dos aviones de Airbus, el militar C295 y el civil A380, provocará un ajuste de 360 personas que afectará de lleno a las plantas de Tablada y San Pablo, en Sevilla, y de Puerto Real, en Cádiz. Asimismo, muchas empresas del tejido auxiliar andaluz se verán impactadas por la ralentización de la producción. "Esperamos que no caiga ningún proveedor en Andalucía, necesitamos una cadena de suministro fuerte", expresó ayer el presidente de Airbus en España, Fernando Alonso. "Estamos hablando con ellos para minimizar el efecto, pero tendrán que luchar y adaptarse", añadió.

Con respecto al C295, muy vinculado a Sevilla, Alonso dejó claro que el reciente pedido de Canadá de 16 aeronaves no cambiará sus planes de rebajar la producción de 16 a 10 unidades al año. "Vamos a ser prudentes, lo que necesitamos ahora es crear un colchón de pedidos para sobrevivir en un mercado tan volátil", explicó. En el futuro, dijo, caminarán hacia contratos como el canadiense en el que, además, de vender un avión, se ofrece "un paquete completo de servicios e infraestructuras".

Otro de los retos del programa será "hacer versiones nuevas de forma más rápida" para ensanchar el mercado. "Tenemos que cambiar nuestra manera de diseñar y producir", señaló. Y se refirió a ofrecer en un solo avión la posibilidad de vigilancia marítima, lanzamiento de sondas y evacuaciones sanitarias. En cuanto a nuevas ventas del aparato, que acumula 185 pedidos de los que 30 están pendientes, la negociación más intensa se desarrolla con India y Argentina.

Del modelo A380 Alonso dijo que "cuesta mucho venderlo" porque las aerolíneas "se asustan de su tamaño y temen no poder llenarlo", pero enfatizó que no tiran la toalla. La planta de Airbus en Puerto Real se verá afectada por su bajada de producción (de 25 aeronaves a 12), pero Alonso subrayó que "el impacto se verá amortiguado con la fabricación de timones de cola del A320".