Los polos de Huelva y Campo de Gibraltar facturan 14.500 millones
La Junta difunde los datos del clúster químico en 'Smart Chemistry' para atraer más inversión
Más de 14.500 millones de euros de facturación, 13.400 empleos directos e indirectos generados en la química y 412 millones de inversión en 2016. Ésos son los principales datos de los polos de Huelva y Campo de Gibraltar, que conforman el clúster químico andaluz, la segunda concentración del sector en el país que quiere atraer inversiones y seguir expandiéndose. Y en ellos se apoya la Junta de Andalucía para promocionar la comunidad autónoma como espacio para invertir, en este caso en el salón Smart Chemistry de la feria Expoquimia, que se celebra esta semana en Barcelona.
Las previsiones de crecimiento del sector químico son halagüeñas de aquí a 2030: un 4,5% anual. Aunque la mayor parte de ese aumento vendrá impulsado por China, que copará el 44% de la producción mundial para entonces, la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) considera que España puede aspirar a crecer a un ritmo de 3% en ese periodo, algo que en una economía ya consolidada "nos parece muy positivo", asegura el director general de Feique, Juan Antonio Labat. Por eso, el sector español y también el andaluz trabajan para lograr el máximo beneficio de esa futura alza.
En el caso de Andalucía, la presencia de un sector arraigado en el territorio es una de sus fortalezas a la hora de buscar nuevas inversiones. La química andaluza tuvo en 2016 un volumen de negocio de 7.200 millones de euros, con 1.000 millones de euros de exportación, principalmente a la UE. Productos básicos de química orgánica, fertilizantes, jabones, detergentes y productos de limpieza, así como la producción de gases industriales y de colorantes y pigmentos destacan en el sector andaluz. Y como cabeza del mismo están los dos polos de Huelva y Campo de Gibraltar, apoyados por sus puertos, el de Algeciras el cuarto de mayor tráfico de la UE. De los 14.570 millones de facturación en 2016, más de 1.700 corresponden a su actividad química.
La ubicación de ambos es otro de los activos a la hora de atraer inversión. España se convierte en una puerta para Europa, pero también, especialmente Andalucía, en una posición estratégica para las empresas con intereses comerciales en América Central y del Sur, así como en África.
Para Juan Antonio Labat hay un factor clave: el crecimiento del país. "Como la economía española se comporta bien entra en el portfolio de todas las compañías". También el sector sobresale en ese contexto: la química española es la que más crece de Europa. En ello es clave la caída del precio del petróleo.
¿Hay interés entonces por invertir? Al menos, sí que lo hay en las instalaciones ya existentes, ya que se están ejecutando inversiones de ampliación. Pero también ha habido contactos con inversores interesados en comprar una planta entera. "Hay mucho interés de los asiáticos, son los que menos han entrado en Europa y les interesa tener ya mercados y productos más especializados", explica Labat.
En el otro lado, los hándicaps que se encuentra la inversión. Uno de ellos, el coste eléctrico, en el cual llevan años trabajando las industrias. En la actualidad negocian con el Gobierno las redes cerradas de distribución eléctrica, que afectarían tanto empresas particulares como a los sites de Tarragona, Huelva y Algeciras, abaratando costes. Pero también trabajan en el aumento de las ayudas para compensar los costes energéticos derivados de los peajes de las renovables.
Otro factor básico, recuerda Labat, es el desarrollo de las infraestructuras. En puertos "estamos muy bien", pero faltan otras como el desarrollo de los corredores transeuropeos de transporte, "queremos el eje completo, desde el Atlántico al Mediterráneo.
Y el resto de los factores que pueden restar competitividad dependen de Europa y "quizás son los más preocupantes. Vamos a acometer dos proyectos, la economía circular y la transición energética, descarbonizar Europa. Y en esos procesos si los abordamos en solitario nos encontraremos con el mismo problema que con la lucha contra el cambio climático", destaca, el riesgo de deslocalizaciones de la producción. Por ello, reclaman que se empiecen a introducir en los acuerdos comerciales de Europa con el resto del mundo "criterios de sostenibilidad y de responsabilidad social".
También te puede interesar