Grupo Medina, de la visión de un pionero de la fresa a un referente mundial de la fruta

XI Premio Innovación Agroalimentaria de Grupo Joly y Banco Santander

La compañía se alza con el XI Premio Innovación Agroalimentaria, otorgado por Grupo Joly y Banco Santander, en reconocimiento a sus casi 70 años de trayectoria

Agroindustria andaluza a la vanguardia

Rocío Medina, presidenta ejecutiva de la multinacional andaluza.
Rocío Medina, presidenta ejecutiva de la multinacional andaluza. / Juan Carlos Vázquez

Grupo Medina se ha alzado con el XI Premio Innovación Agroalimentaria, que otorgan Grupo Joly y Banco Santander, en reconocimiento a la trayectoria de una compañía que hunde sus raíces en el cultivo fresero, pero que se sitúa en la actualidad como un referente a nivel nacional e internacional en la producción y comercialización de frutas, así como de plantones de fresa y frambuesa. Diversificar, innovar y abrir mercados son las máximas que han guiado los casi 70 años de historia de la empresa con sede central en Sevilla que opera tanto en territorio español como en países de los cinco continentes.

La hija del fundador y actual presidenta ejecutiva de Grupo Medina, Rocío Medina, recogerá en la capital hispalense el próximo 22 de octubre el galardón, cuyo jurado ha estado formado en la edición 2025 por Tomás Valiente, director general del Grupo Joly; David Fernández, director de Diario de Sevilla y director de publicaciones de Grupo Joly; Manuel Torralbo, rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación ceiA3; Manuel de la Cruz, director territorial de Banco Santander en Andalucía; Óscar Sánchez, director comercial de Empresa de Banco Santander en Andalucía; y Ricardo Pozas, responsable Agro de Banco Santander en Andalucía.

Desde los orígenes, la innovación ha estado presente en el ADN de Grupo Medina, que nutre cada año con más del 5% de la facturación sus ramas de I+D+i. No en vano, entre otros méritos, la compañía atesora ser responsable de la introducción en España de cultivos como el de la fresa –actualmente uno de los pilares del tejido productivo onubense–, o el del caqui, además de la creación de varias especies propias de frambuesa. “La filosofía de la empresa ha sido siempre buscar algo novedoso para diferenciarnos. Nuestra motivación permanente está en explorar nuevos productos, nuevos mercados, nuevos envases o nuevas variedades", resalta la presidenta de la multinacional hortofrutícola.

De hecho, el propio nacimiento de la firma es la historia de la visión de un pionero, el abogado sevillano Antonio Medina Lama, quien inició en 1958 con los medios de la época la siembra de las primeras plantas de fresas llegadas en avión desde EEUU en unas pocas hectáreas de la explotación de la laguna de Las Madres, en Palos de la Frontera (Huelva). Gracias a su inquietud y a sus investigaciones, introdujo nuevas técnicas en el cultivo para adaptarlo a las condiciones específicas del clima y suelo onubense, e incorporó los primeros mecanismos de riego, el uso de plásticos y prácticas innovadoras como la hidroponía (sistema de cultivo en una solución acuosa).

La producción de la fresa en España en aquellos años era artesanal, dirigida a las necesidades de consumo interno. A ojos de Antonio Medina Lama -distinguido con la Gran Cruz del Orden Civil del Mérito Agrícola y con la Medalla de Andalucía en 2003-, el potencial de crecimiento era enorme, aunque los resultados de los primeros ensayos de variedades europeas, que en esas fechas destacaban en Francia, Suiza y Bélgica, no fructificaron de la forma esperada. Al hilo de estos comienzos difíciles, el propio letrado sevillano especializado en Derecho Agrario, natural de la localidad de Pilas y fallecido en 2004, recordó en alguna ocasión de forma anecdótica cómo su mayorista en el madrileño Mercado Central de Frutas y Verduras de Legazpi, en un fría madrugada y entre frases amables, le espetó: “Siga usted con su profesión de abogado porque Dios no le ha llamado para este mundo de la agricultura”.

Convicción

El ánimo del padre de la fresa quedó maltrecho, no así su convicción de perseverar en la búsqueda. Medina Lama continuó su trabajo y aplicó sus experiencias en el exterior, sobre todo en California, para localizar las variedades y la zona climática ideales que permitían cosechar el producto de forma temprana en la campaña y alcanzar países de Europa del Norte cuando el suelo allí aún estaba cubierto de nieve. Su clarividencia en el ámbito comercial –varias décadas antes de la apertura que supondría luego el mercado único comunitario como eje vertebrador de la Unión Europea– y la aplicación de sus conceptos empresariales supusieron una revolución para la mentalidad de la época en el campo onubense, hasta el punto de que condujo al resto de productores hacia un espíritu de colaboración y corporativismo, capitaneando en los años 80 la constitución de la patronal del sector Freshuelva.

La fresa fue durante décadas el principal sustento de Grupo Medina. Sin embargo, el giro que cambió el rumbo de su historia vino de la mano del caqui Sharoni, un cultivo en el que también fueron precursores con su introducción en Huelva hace más de 30 años y en el que se sitúa a día de hoy como uno de los líderes mundiales. “Es una variedad muy compleja, dura, que se come como una manzana; después de que entrásemos nosotros vinieron otras empresas, alguna de Israel”, subraya Rocío Medina. De nuevo, un paso de gigante en innovación para dar un salto exponencial que ha llevado a la firma familiar a situar las ventas en la actualidad por encima de los 45 millones de euros y a sumar una plantilla media de 650 empleados en sus ubicaciones en Huelva, Castilla y León, Sevilla y Nueva York.

Vista de la planta de manipulación y procesado de fruta de la compañía.
Vista de la planta de manipulación y procesado de fruta de la compañía. / M. G.

Conquista exterior

En paralelo, la salida internacional ha sido un camino natural desde que arrancaron a finales de los años 60 los primeros envíos de fresa en avión hacia mercados europeos. La lista de conquistas se ha ido agrandando y, en estos momentos, el 85% del volumen de negocio procede del exterior, donde está presente en más de 70 países y cuenta con una cartera de clientes diversificada. Concretamente, realiza ventas directas en casi toda Europa (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Grecia, Países Bajos, Bélgica, Polonia, Rumanía, Suecia o Dinarmarca), al tiempo que ha puesto picas en destinos lejanos como China, Jordania, Malasia, Singapur, Brasil, India, Emiratos Árabes, Indonesia, Canadá o EEUU, país este último donde opera con su filial Global Fruits LLC.

Grupo Medina, que incorpora la sostenibilidad de manera transversal en sus procesos, pone anualmente en el mercado 130 millones de plantones y 14.000 toneladas de fruta –11.500 de ellas de caqui Sharoni, y el resto de kumquats (pequeños cítricos), frambuesas y arándanos–, cuya producción y venta se estructura a través de distintas divisiones. Así, Agromedina está especializada en ensayos de nuevos proyectos en suelo onubense sobre especies de cítricos, fresas, ciruelas, nectarinas o flores; y Viveros California, ubicada en Geria (Valladolid), abarca la investigación y producción de plantas de fresa y otros berries; mientras que la comercialización frutícola la realiza Inter Terra.

Actualmente, el grupo está inmerso en un nuevo Plan Estratégico para la ampliación de las instalaciones de manipulación y conservación de la fruta, así como para la puesta en producción de nuevas plantaciones.

Liderazgo femenino

La presidenta ejecutiva del grupo andaluz, Rocío Medina, aprendió el oficio junto a su padre, de quien era su mano derecha. Licenciada también en Derecho, empezó a trabajar en la empresa familiar con 22 años cuando la compañía tenía oficinas en Valladolid, Huelva y Sevilla dedicadas a la producción fresera y a los viveros de plantas de fresa. En el 2000, cuatro años antes de fallecer su progenitor, se convirtió en CEO, guiando desde entonces el camino hacia la profesionalización, la internacionalización y el crecimiento sostenido.

Expositor de Viveros California, la división de desarrollo de plantones de fresa y otros 'berries'.
Expositor de Viveros California, la división de desarrollo de plantones de fresa y otros 'berries'. / M. G.

Al frente de la firma familiar desde hace más de dos décadas, forma parte de la selecta lista de líderes femeninas que han roto techos de cristal en la empresa andaluza, conduciendo corporaciones que son actualmente referentes nacionales e internacionales en sus respectivos sectores. “El mundo agro es muy masculino y sigue habiendo un puntito de machismo; parece que un hombre tiene más credibilidad", asegura la directiva, si bien enfatiza que en su empresa hay cada vez más mujeres con responsabilidad trabajando en zonas rurales.

Distinguida con la Medalla de Andalucía de la Economía y la Empresa en 2022, Medina recuerda que "he tenido que hacer muchísimos sacrificios para ser CEO porque he estado muchos días fuera de casa, no he ido a muchos viajes con mis amigos, he pasado muchas vacaciones con el móvil en la mano, he tenido muchas dificultades para criar a mis hijos y ver a mis nietos". Un esfuerzo, en cualquier caso, que perseguía una meta inmensa: "Yo recibí un legado y multiplicarlo era mi responsabilidad porque son muchas las familias que viven de esta empresa”, señala.

El relevo generacional ya está asegurado, toda vez que Rocío Medina ha dejado el puesto de consejera delegada para ser presidenta de la compañía, y que su hija Rocío Cataño Medina, que tiene una doble Licenciatura en Derecho y ADE, se sitúa como directora general desde 2017. Con tan solo de 35 años y amplia experiencia en consultoría y auditoría tras su paso por dos de las Big Four, recoge el testigo de su progenitora para seguir impulsando la expansión futura de la multinacional agroalimentaria, que seguirá estando marcada por el que ha sido el leitmotiv en sus cerca de 70 años de historia: la innovación permanente.

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