El pellizco recibido por tres ex directivos de Novacaixagalicia -entidad administrada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)- de 23 millones de euros, en concepto de indemnizaciones y coste del seguro, se une a las retribuciones millonarias recibidas por altos cargos de cajas de ahorro al abandonar sus puestos en los últimos años. Este caso se une al de los cinco directivos de Caja Mediterráneo (CAM) que obtuvieron 13 millones en indemnizaciones tras ser destituidos después de que la entidad fuese intervenida. La ex directora general de la Caja, María Dolores Amorós, despedida por una gestión deficiente, recibió una retribución anual de 593.040 euros y supuestamente acordó con Modesto Crespo, ex presidente de la entidad también destituido, una renta vitalicia anual de 369.497 euros.

Entre los casos destacados también está el de Caja Madrid, que en febrero de 2011, con la llegada de Rodrigo Rato a la presidencia, anuló el pago de 25 millones a diez de sus directivos y ex directivos. La decisión inicial causó gran polémica después de que la entidad recibiese fondos del FROB (4.465 millones de euros).

Del mismo modo, fue discutida la remuneración de los consejeros y directivos de Caja Castilla La Mancha (CCM), intervenida en marzo de 2009. Según los informes de la CNMV, los miembros del consejo de administración se duplicaron la remuneración desde 2004 a 2007, cuando alcanzó un total de 2,17 millones.

Los emolumentos de Miguel Castillejo, presidente durante tres décadas de Cajasur, también fueron polémicos. En 2003, la Junta de Andalucía denunció su póliza de jubilación, de 2,9 millones, aunque la Fiscalía Especial Anticorrupción consideró que se ajustaba a la legalidad.